SALTA (Redacción) – Ayer, tras casi 8 meses de esperas, los artistas y diferentes trabajadores de la cultura, recibieron anuncios. Se trata del Plan de Reactivación cultural. Si consideramos el orden de prioridades de la agenda, comprenderemos que fueron parte del último eslabón con una ley de emergencia cultural retrasada y que todavía busca consensos. En este marco, los mismos se manifestaron al respecto por considerarlo una «burla».
Fue la secretaria de Cultura quien informó sobre el Plan de Reactivación Cultural. El mismo comprende un subsidio de $30 millones que serán entregados a los artistas salteños de todos los municipios. El requisito para acceder al beneficio es estar inscriptos en el Registro Único de Trabajadores de la Cultura. Los mismos tendrán la posibilidad de capacitarse y luego acceder a las líneas de financiamiento, además de poder utilizar salas que serán equipadas para ofrecer streaming.
En una entrevista brindad a Radio 89.9, la actriz y referente de la cultura en Salta, Cristina Idiarte, se refirió a los y manifestó que en el marco de la pandemia, la iniciativa de capacitaciones se traduce en una «burla» para el sector. Desde el sector manifestaron que las medidas llegan seis meses tarde, y en un contexto de pandemia resaltaron que lo que necesitan es trabajar.
Un protocolo demorado y sin trabajo
Precisamente, Idiarte señaló que los artistas y trabajadores de la cultura fueron los primeros en detener la actividad, y seguramente serán los últimos en retomarlos. Es por este motivo por el cual insistió en que las propuestas enunciadas «llegan seis meses tarde». Asimismo, la actriz expresó que realizaron varias propuestas para reactivar el sector. Entre las mismas, se encontraban la elaboración de un protocolo, el cual recién se aprobó hace poco.
No obstante, la artista recalcó que dicho protocolo no difiere de muchos otros aplicados a distintos sectores. Por este motivo, arremetió argumentado que no entiende por qué se extendió tanto la posibilidad de habilitarlos a trabajar. Además, Idiarte resaltó que el principal requerimiento de los trabajadores del arte es volver a trabajar, dentro de un marco regulado, ya que es la única fuente integral para realmente subsistir.