ESPECTÁCULOS

Analía Franchín se vengó de la devolución de Vicky Xipolitakis: «¡¿Cuánta sal le pusiste?!»

La periodista y la vedette no se tuvieron piedad.

Tramo final en el reality de cocina más visto de la televisión argentina. Una nueva gala puso a prueba los conocimientos y las destrezas de los participantes. Y en esta nueva gala tuvieron que dar cuenta que también podían preparar los platos de sus compañeros. Algunos lo atravesaron sin problemas, pero otros tuvieron roces con sus colegas. En un programa al rojo vivo, Vicky Xipolitakis y Analía Franchín se sacaron chispas.

A Analía le tocó preparar el mejor plato de Vicky: un crumble de manzanas con crema. Mientras que a Xipolitakis le tocó replicar la preparación con la que se lució hace poco tiempo la periodista: un caldo de mar. Con las cartas sobre la mesa, los participantes se podían dar consejos pero sólo hablando. Es decir, se podían ayudar. Pero en «Masterchef Celebrity» todo puede terminar siendo una trampa.

Luego de que pasaran Claudia Villafañe y Sofía Pachano, fue el turno de Vicky y Analía. Franchín fue la primera en enfrentar el veredicto del jurado. Como si fuera poco, se sumó la vedette. «¿La manzana donde está?», comenzó diciendo. Dejando en claro que no iba a tener misericordia. Incluso agregó: «De lo malo hacés algo bueno. Me gusta, pero no la veo perfecta, no le siento el gusto a manzana. Y la crema está tímida».

Santiago del Moro había pedido sinceridad para juzgar a sus compañeros y la Griega lo entendió al pie de la letra. Pero la panelista no se quedó callada y respondió: «Por lo menos mi crema tiene canela, le puse un poco de onda». Como si fuera poco, Vicky cerró diciendo: «Lo lograste, te pongo un siete y te felicito por tu esfuerzo». Pero luego fue el turno de Analía de juzgar su propio plato hecho por la vedette y no se guardó nada.

Al probarlo, dijo enfáticamente: «El mío era un caldo de mar, este parece de río sucio». Ante la atónita mirada de Xipolitakis, continuó juzgando. Según su evaluación, lo de Vicky estaba incomible y extremadamente salado. Pero terminó de fulminarla al decirle: «Es agua con un caldo de pescado de los que vienen en cajita. Difiere mucho del mío, para mí es un cuatro». Victoria, sin perder la simpatía, cerró diciendo que por lo menos con un cuatro «se aprueba».

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