ESPECTÁCULOS

El estremecedor relato de la mamá de La Princesita: «El papá de Karina me apuntaba con un revólver»

La dura infancia de la cantante de la movida tropical.

Karina, La Princesita siempre destacó la inmensa labor que su mamá hizo para criarla. Pese a todas las dificultades que atravesaron y las carencias económicas, pudieron salir adelante. Pero no se supieron mas detalles hasta que la propia Mónica Cuello diera hace poco una entrevista. En Hay Que Ver recogieron este viernes la nota realizada en el segmento «Ellos la hicieron» de Telefe Noticias.

Pasó mucho tiempo para que Karina pudiera llegar a ser la artista consagrada que es hoy. Y en eso tuvo mucho que ver su mamá. Si bien Mónica ya se había mostrado ante las cámaras en otras ocasiones, es la primera vez que cuenta su historia de vida. Además de falencias económicas, madre e hija tuvieron que sobrellevar serios problemas relacionados a la violencia de género por parte del papá de La Princesita.

En diálogo con el periodista, Mónica comenzó su relato diciendo: «A los 18 años me casé. A los dos meses de casada tuve la mejor noticia de mi vida: estaba embarazada. Era tan feliz…aunque estaba muy descompuesta hasta el día que la tuve. Pero siempre que le escribo a Kari le digo ‘Yo te amo desde antes de conocerte'». Pero luego la historia involucró episodios de maltrato.

«Viví 11 años con el papá de los chicos. Me aguantaba todo pero no me toquen a mis hijos», comenzó narrando. «Fui golpeada con el revólver en la cabeza. La apuntaba a ella y decía ‘elijan la mato o no la mato’. Tenía 3 o 4 añitos». Minutos después relató el momento que decide abandonar ese ambiente: «Le tiró con una botella a Kari que le pegó justo en la columna. Ahí fue cuando dije nos vamos. 24 de enero del ’96, nos fuimos con lo puesto».

Más tarde Cuello sumó: «Yo tenía que salir adelante. Mis hijos tenían que comer, tenían que vivir. No tuve tiempo de tirarme a pensar ‘ay estoy sufriendo’. Hasta que pude alquilar una habitación. Salía a las 5 de la mañana y volvía a las 11, 12 de la noche. Tenía 4 trabajos en el día pero estaba tranquila. Vivíamos en el fondo con un frente bien cerrado. Entonces sabía que mis nenes estaban cuidados».

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