El Papa Francisco presidió ayer un Vía Crucis histórico ante una Plaza de San Pedro del Vaticano vacía y no en el Coliseo como es habitual. Este escenario se debe a la emergencia del coronavirus. “Señor, no nos dejes en las tinieblas y en la sombra de la muerte, protégenos con el escudo de su poder. Dios, defensor de los pobres y afligidos, ayúdanos a soportar el yugo cada día”, fue la breve oración que pronunció el Sumo Pontífice.
Luego, el resto del tiempo de la ceremonia, Francisco asistió con absoluto recogimiento a la lectura de las meditaciones en este rito. Estas relatan el calvario de Jesús desde su condena a muerte hasta su sepulcro, mediante 14 estaciones en las que la Cruz va pasando de mano en mano mientras dos narradores leen pasajes del Evangelio. En una jornada sin precedentes, este año, el tradicional Vía Crucis no se celebró en el Coliseo de Roma.
Ceremonias sin fieles
Debido a la pandemia, la ceremonia tuvo lugar en una plaza vaticana completamente vacía, sin fieles, en completo silencio y la iluminación de unas velas en el suelo. Cabe recordar que la Santa Sede cerró como medida de precaución la Plaza de San Pedro y la basílica vaticana. Además, el Jueves Santo no hubo misa crismal ni lavado de pies, y tampoco el Vía Crucis se celebró en el Anfiteatro Flavio. Todos los actos están teniendo lugar sin personas, quienes los siguen por las redes sociales y medios de comunicación.
Medidas de seguridad y crisis en Italia
En tanto, los portadores de la Cruz comenzaron el recorrido en el obelisco y fueron avanzando hacia el sagrado, donde se encontraba el Papa Francisco. Luego, llevaron la Cruz dos grupos de cinco personas, cinco prisioneros de Padua y cinco médicos y enfermeros del Fondo de Asistencia Sanitaria del Vaticano. De igual manera, se mantuvieron las medidas de seguridad sanitarias, sobre todo lo que respecta a distancia social de más de un metro.
Como bien informa El Intransigente, las meditaciones de este año fueron propuestas por la capellanía del Centro Penitenciario de cumplimiento “Due Palazzi” de Padua. En términos históricos, el rito del Vía Crucis fue instaurado en 1741 por orden de Benedicto XIV, aunque su práctica cayó en el olvido con el paso del tiempo, hasta que se retomó en 1925. La ceremonia de este 2020 se realizó en un contexto muy difícil para Italia. Allí la pandemia de coronavirus ya dejó más de 18.800 muertos.