SALTA (Redacción) – La Justicia provincial detuvo el accionar un malviviente, quien también había jugado con las esperanzas de salteños. En este caso, confirmaron que un hombre de 41 años irá a juicio por haber perpetrado doce estafas. Particularmente, se trata de un sujeto que ofrecía la construcción de viviendas prefabricadas, aunque nunca materializó ninguna transacción. Además, este individuo afrontará un cargo por coacción.
En este caso, la investigación sobre estos fraudes quedó en la órbita del fiscal penal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos, Leandro Flores. Después de haber analizado la evidencia y los testimonios de la causa, le solicitó al Juzgado de Garantías 5 que este caso pase a la instancia de juicio. En este contexto, el funcionario público ya había acusado a Juan Sebastián Segovia como autor del delito de estafas reiteradas y coacción en concurso real.
Estafas
De acuerdo con la investigación, Segovia era el propietario de una compañía que presuntamente que ofrecía la construir viviendas prefabricadas. Sin embargo, se descubrieron una serie de particularidades acerca del accionar de esta empresa. Entre estos, consignaron que el sujeto utilizaba distintos nombres en público. Bajo esta fachada, indicaron que usaba los medios de comunicación y las redes sociales para aparentar la legalidad del negocio.
En este contexto, indicaron que por lo menos doce personas concurrieron al local de la calle Olavarría al 1000 para requerir sus servicios. Asimismo, indicaron que el supuesto empresario le otorgaba un contrato a sus clientes antes del presunto inicio de las obras. Además, remarcaron que en estos documentos figuraban datos específicos de las labores, a fin de terminar de ganarse la confianza de sus clientes. En ese momento, denunciaron que debían entregar buena parte del costo de la construcción.
Sin embargo, este fraude se reveló cuando Segovia debía entregar las viviendas prefabricadas. Llegado ese momento, sus clientes comenzaron a reclamarle por la demora en el proceso. Frente a esta situación, indicaron que el sujeto se escudaba en excusas. Incluso, una de sus víctimas afirmó que el estafador lo amenazó de muerte. Finalmente, la Justicia de Salta comprobó que la compañía formalmente no existía y, por ello, no contaba con recursos económicos para cumplir con los trabajos.