SALTA (Redacción) – A pesar de la pandemia de Coronavirus, las fronteras no dan respiro siendo motivo recurrente de controles policiales que intentan contener la ilegalidad que prima por aquellos lares. Precisamente, se conocieron las palabra del Jefe de la Comisaría 26, licenciado Marcelo Magriña, quien fue contundente al respecto de la realidad con la que conviven y dio detalles de la situación.
En el marco de un programa radial de Aguas Blancas, frecuencia 92.9 Mhz, Magriña respondió a las diferentes consultas. En primera instancia, recordó que siempre se realizaron procedimientos. “En el momento en que me encontraba con COVID-19 había guardia mínima, se cumplían procedimientos con el personal reducido y con el grupo especial», aclaró.
En este sentido, aseguró que hacen seguridad fronteriza, porque en Aguas Blancas no hay índice delictual. “Por eso se prioriza el control de la frontera para que la gente extranjera no ingrese a nuestra localidad. Esa es nuestra función y como fuerza la debemos cumplir”, manifestó. En este sentido, la frontera está cerrada, pero según Magriña “se las ingenian para cruzar y se llevan hasta heladeras”.
Sin ir más lejos relató que se encontraron con miles de bolivianos. “Fue a primera hora del lunes. Están haciendo campamentos a la orilla del río del lado boliviano para ver en qué momento se retira el personal de la fuerza de los pasos ilegales y poder llegar a nuestra localidad”, reveló.
Comercio ilegal
En referencia a las molestias de los comerciantes, señaló que “los comerciantes no son autoridades, pero si pueden pedir identificación; lo hacen en Salta y en otras ciudades en los supermercados y además ingresan por número de DNI”. En esta línea, manifestó que los comerciantes de Aguas Blancas se enojan. Sin embargo, aclaró que deben vender, “pero deben saber a quiénes van vender”.
De hecho, Magriña explicó que “en varias oportunidades cuando se les solicitó a los ciudadanos bolivianos que se retiren, les hicieron frente a la policía, con insultos y hasta arrojaron piedras al personal”. Sin embargo, indicó que se deja a los que llevan mercaderías, no así bebidas alcohólicas que representan hoy una amplia mayoría. “Podemos incautar lo que llevan los ciudadanos bolivianos porque ellos ingresan en forma ilegal”, subrayó.
A su vez, Magriña consideró que “ellos deben acatar las órdenes nuestras porque están en nuestro territorio”. Mientras tanto, las mercaderías secuestradas todos los viernes se despechan para Aduana cuando este organismo lo dispone. “Las mercaderías, ropas van a aduana y productos cárnicos se los quema en la zona del basural. Pollos y productos envasados se donan a los merenderos”, agregó.
Así las cosas, Magriña reiteró que mientras la frontera legalmente permanezca cerrada, se seguirán llevando a cabo procedimientos y secuestros. “Cuando se habilite ya será otra cosa”, finalizó.