SALTA (Redacción) – El fin de semana en Salta representó una grave amenaza para la situación epidemiológica provincial. Esto se debe a la cantidad de irregularidades que se registró en relación al cumplimiento de las medidas sanitarias promovidas por el COE durante esta nueva etapa de la cuarentena. Uno de los principales problemas fueron las fiestas clandestinas.
Como todos los fines de semana, las fiestas clandestinas tuvieron un papel protagonista en la provincia. No obstante, las irregularidades e incumplimientos se vieron en muchos otros sectores, como por ejemplo el comercial y gastronómico. En el marco del operativo COVID-19, efectivos policiales realizaron más de 9.400 operativos de seguridad, a través de los cuales controlaron comercios, civiles y eventos privadas.
«Se realizaron 9.438 procedimientos preventivos durante el fin de semana con patrullajes urbanos, controles en comercios y vehiculares y demás acciones del servicio de seguridad», reza el informe publicado en la página de prensa de la Policía de Salta. De estos procedimientos participaron las seis unidades regionales de la provincia.
Por medio de los operativos se labraron en total 1.451 infracciones por distintos incumplimientos a las disposiciones. Entre las principales irregularidades detectadas se encuentran: falta de tapabocas o barbijos, circulación fuera de horario, reuniones masivas y comerciales. Asimismo, se realizaron alrededor de 1.000 controles en comercios y locales gastronómico, de los cuales 108 transgredían los protocolos.
Un problema de nunca acabar
Las fiestas clandestinas parecen escapar de las manos de los controles. Todos los fines de semana, en Salta se realizan una gran cantidad de este tipo de eventos masivos y sin ningún tipo de medida sanitaria. Tan solo en los últimos tres días, la Policía detectó 29 reuniones con una descontrolada asistencia. Las mismas se llevaron a cabo en barrios de Capital, San Lorenzo, Pichanal, Tartagal, Cerrillos, Metán, General Mosconi y El Quebrachal.