SALTA (Redacción) – Agustín Rosa Torino, fue condenado por la justicia de Salta como autor material de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser ministro de culto reconocido en perjuicio de dos víctimas y abuso sexual simple agravado por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de otra.
La fiscal Verónica Simesen de Bielke, en esa oportunidad, consideró que el tribunal cometió un vicio esencial al dosificar la condena e impuso una pena inferior a los 22 años de prisión requeridos por la fiscalía para el sacerdote, por lo que afirmó que la sentencia «causa un gravamen irreparable e insubsanable».
El planteo del recurso de casación es por considerarlo responsable de graves delitos en perjuicio de tres jóvenes que pasaron por el instituto dirigido por el acusado. Simesen hizo hincapié en que deben tenerse en cuenta la naturaleza de las acciones y los medios utilizados por el sacerdote.
Indicó además que a la intromisión y vulneración a la libertad e intimidad sexual de las víctimas merecen un altísimo reproche moral. A lo cual se suma el carácter de ministro de culto reconocido del acusado, quien era nada menos que el fundador y superior de un Instituto religioso.
La fiscal se refirió a la naturaleza de la acción y los medios empleados para ejecutarla. Recordó que el acusado desplegó sus conductas en el Instituto Religioso Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, al que las víctimas ingresaron con el fin de llevar adelante su vocación.
Dos de las víctimas ingresaron a los 14 años, con inexperiencia y fueron enviados a Puerto Santa Cruz, donde a su vez fueron abusados sexualmente por el superior de la orden a cargo de Rosa Torino. Cuando volvieron a Salta y le contaron acerca de esa situación al cura, comenzó con charlas de naturaleza sexual.
