SALTA (Redacción) – En un nuevo caso de violencia de género en Salta, un hombre de 29 años terminó condenado a 2 años y 6 meses de prisión en suspenso. Sin embargo, en un fallo insólito, el agresor también deberá ir al terapia para tratarse los celos. La víctima radicó dos denuncias en dos meses porque le impedía salir de la vivienda, salvo para realizar compras. En sus demandas lo describió como «un hombre muy celoso».
Según detallaron desde el Ministerio Público Fiscal, el joven terminó condenado por los delitos de «amenazas con armas, lesiones leves agravadas por existir relación de pareja y violencia de género, todo ello en concurso real». Cabe mencionar que la fiscal de Violencia Familiar y de Género, María Soledad Filtrín Cuezzo, también lo había imputado. En ese caso, lo implicaba en «privación ilegítima de la libertad agravada y desobediencia judicial».
Cuestionaba su forma de vestir, sus amistades y le quitaba su celular
Del mismo modo, la funcionaria durante el juicio solicitó la pena de tres años de prisión efectiva. Este pedido de Filtrín Cuezzo se sustentó en las denuncias de la víctima y la investigación que luego realizó la Fiscalía. «En noviembre de 2020, la mujer realizó distintas denuncias en la Comisaría de Orán y en la Oficina de Violencia Familiar y de Género. en las que manifestó que era víctima de violencia física y verbal por parte de su pareja», detallaron desde el organismo.
En distintos relatos, la mujer contó que el acusado es «un hombre muy celoso». «Cuestionaba su forma de vestir, sus amistades, le quitaba su celular. Y todo ello derivaba en discusiones que finalizaban con agresiones verbales y físicas», remarcó la Fiscalía. Ante estas denuncias radicadas en noviembre de 2020, el Juzgado de Violencia de Género de Orán ordenó al hombre «abstenerse de ejercer hechos de violencia».
Sin fallo por el encierro y un tratamiento por los celos
Sin embargo, en diciembre de 2020, la víctima volvió a radicar una denuncia. «Su pareja le impedía salir de la vivienda, salvo para realizar compras. Y según contó, la dejaba encerrada con llave y se iba a trabajar», apuntó el Ministerio Público. Finalmente, el juez Raúl López Baltazar desestimó la privación ilegítima de la libertad y la desobediencia judicial.
No obstante, mantuvo las otras acusaciones de la fiscal del caso. Por otra parte, el magistrado ordenó que el hombre cumpla con distintas reglas de conducta. Entre ellas que «se abstenga de acercarse a la víctima y de ejercer hechos de violencia». Y para cerrar de manera insólita ordenó que deberá realizar «tratamiento psicológico por el término de dos años» para tratarse de los celos.
