SALTA (Redacción) – Luego de que diferentes usuarios de EDESA denunciarán que habían recibido en sus facturas de energía eléctrica la carga de una nota de debito, registrando así el anunció de un pago no realizado. Sin embargo, se conoció que un comerciante que cobraba los servicios públicos en Coronel Moldes había estafado a sus clientes que lo habían elegido tan confianzudamente.
De esta manera, el acusado se habría quedado con el dinero en efectivo de los cobros de EDESA. La causa detalla que este comerciante de Coronel Moldes abonaba la electricidad con tarjetas de créditos de terceros y que luego desconocía el pago. Pero, ayer la Policía de Salta procedió a allanar su vivienda y se secuestraron diferentes elementos que aportan a la investigación. El comerciante ahora está detenido.
La causa quedó a mano de la Unidad de Delitos Económicos Complejos, bajo mando de Ana Inés Salinas Odisorio, quien tomó la resolución de imputar momentáneamente al comerciante por 58 estafas ejecutadas de manera reiteradas en concurso real. El órgano judicial inició la investigación después de que las autoridades de EDESA denunciara que un comerciante de Coronel Moldes no depositaba lo correspondiente al cobro de los usuarios por el servicio eléctrico.
En este sentido, desde la prestadora de electricidad denunciaron que «habría realizado diferentes cobros de facturas a usuarios de Edesa sin que los pagos efectuados hayan alcanzado a cancelar el pago del servicio, por lo que se habría producido un desvío del dinero abonado, en perjuicio de la firma y los usuarios«. Todos los damnificados compartían situaciones compartidas: pagaban pero luego les llegaba la factura al mes siguiente con un saldo impago.
Continuando con la investigación, desde el Gabinete de Delitos Económicos del CIF pudieron verificar que el acusado empleaba tarjetas de créditos de terceros, ajenos a esta operación, con el objetivo de obtener la cancelación de la factura en efectivo por parte de los usuarios y que luego era desconocida por el titular de la tarjeta y generaba así un contracargo a la firma EDESA. En la primera audiencia el comerciante se negó a declarar.