SALTA (Redacción) – Tras la denuncia que realizó el diputado radical Héctor Chibán por el abuso de poder se puso en tela de juicio otro hecho ocurrido con el que se contrasta. Se dejó nuevamente en evidencia las falencias en los procedimientos que se realizan desde la Provincia cuando los salteños intentan regresar a Salta. Ya en su momento el polémico decreto 255/2020 que facultaba de poderes extraordinarios a la Policía Provincial, y ahora maltratando a los ciudadanos en los controles.
Según había denunciado el diputado Chibán, su hijo Martín Chibán llegó a la provincia junto a tres amigos desde la Ciudad de Buenos Aires, alrededor de las 16 del domingo 24. El joven se comunicó con el padre para informarle que estaba realizando los procedimientos correspondientes. Alrededor de las 20 horas, nuevamente se comunicó con el diputado para contarle que sus amigos ya habían sido liberados, y él no. Lo que despertó el malestar del legislador provincial.
El dirigente radical aseguró que los cuatro jóvenes contaban con idéntica documentación por lo que llegó a aducir que, era un problema por de «apellido» . Haciendo alusión a una persecución intencionada y maliciosa. Ante lo sucedido Héctor Chibán procedió a realizar una denuncia penal por abuso de poder. «Como consecuencia del autoritarismo e inoperancia que acaban de ver y escuchar, al día siguiente del ocurrido, el día 25 de mayo a las 11 de la mañana hice una denuncia penal por abuso de poder», sostiene en su vídeo en facebook.
Los privilegios de Nanni
Este suceso que de buenas a primeras habría sido irregular, recordó el hecho del que fue protagonista Agustín, hermano de Miguel Nanni, diputado nacional por Juntos por el Cambio. El hermano repatriado de un diputado salteño se había escapado del hotel donde debía pasar la cuarentena. Ante ello, confirmaron que el sujeto no contaba con autorización para realizar este movimiento.
En principio, Nanni comentó que ya había efectuado gestiones para alojarse en el Hostal Ñusta. No obstante, mencionaron que también habría recurrido a la posición política de su hermano para que resolver esta situación favorablemente. Igualmente, le explicaron que no poseía el permiso necesario para trasladar a toda su familia al otro establecimiento. Finalmente, de alguna manera logró esquivar la custodia policial y se escapó hacia el otro hotel.
Esto que ocurrió en la localidad de Cafayate, con el regreso a casa del hermano del legislador salteño. Que nada tiene que ver con lo ocurrido con el hijo del diputado provincial. Pero da cuenta de la contraposición del accionar por parte de quienes aplican el protocolo. Esto lleva nuevamente a pensar en que se debería rever quienes son los que aplican el protocolo y si es necesario aunar o no los criterios para su uso.