SALTA (Redacción) – La situación respecto a las fronteras con Bolivia, por ejemplo, siempre fue una bomba de tiempo; una bomba que termino por detonar en el contexto de la pandemia de Coronavirus. El colapso sanitario de Bolivia, empujó a miles de bolivianos a salir de su país en miras a pisar tierra firma en Argentina y encontrar aquí, asilo y beneficios varios, como lo son los subsidios. Por ello, hoy la agenda apunta a los extranjeros.
Pero la delgada línea que separa la solidaridad de la viveza es real y muchas veces se torna insostenible mirarla con nitidez. Luego de que funcionarios varios y la comunidad se expresaran en contra de la polémica fronteriza y se hicieran eco con preocupación de esta realidad, desde el gobierno provincial admitieron los hechos. Los mismos seguraron que “no dan abasto”.
Tras los dichos de público conocimiento, desde el ejecutivo provincial enviaron un pedido formal al Congreso para que evalúen una ley. La misma busca impedir el cobro de subsidios a extranjeros que no residan fehacientemente en el país. A ello, sumaron la negatoria de participar en elecciones para quienes no residan en Argentina. Precisamente, esta dinámica viene sucediendo históricamente por gobernantes y extranjeros que hacen de la ilegalidad una manera de negociar.
Cinco mil extranjeros, cincuenta millones de pesos que se fugan
En la mañana de este miércoles, se conoció que las fuerzas de seguridad y funcionarios provinciales, lograron descubrir que son cerca de cinco mil personas oriundas de Bolivia, las que cuentan con doble nacionalidad. Los mismos cruzan al país a cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia. Esta declaración fue señalada por las propias personas detenidas por haber ingresado ilegalmente por Aguas Blancas.
En este contexto, decidieron enviar ayer un pedido formal al Congreso de la Nación, para que se trabaje en una Ley en donde quede explicitado que extranjeros que no cuenten con una residencia fehaciente en Argentina, no puedan cobrar subsidios ni votar. De hecho, los bolivianos retenidos indicaron que residían en el sector cinco de Salvador Mazza, cuyo lugar es un descampado y no hay vivienda alguna.
En total se habla hoy de 50 millones de pesos vertidos en estas personas, cuando dicho dinero puede ser usado para diferentes inversiones que tengan al pueblo argentino y sus urgencias como prioridad de la agenda. Es el caso del norte provincial donde la escasez de agua potable y el hambre hacen mella cada día y a toda hora; una deuda que todavía nadie puede saldar.