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POLÍTICA

José de Álzaga: Marcos Urtubey la promesa está intacta y lista

Compartimos con nuestros lectores una nota del prestigioso columnista de El Intransigente

Marcos Urtubey - Político salteño

Amigo Lector: Verá pues, que he decidido abandonar este letargo pandémico y bajar a observar un tanto el mundo donde el vulgo se debate con este virus chino que hasta ahora es la única cosa duradera que se ve que han podido fabricar. Hemos de admitir que nada es tan malo como parece, pues si revisamos las Escrituras hemos de comprobar que luego cada peste enviada por el Altísimo, dos satisfacciones han servido a la humanidad: aliviarnos de tanto individuo precario y luego, tamizar a las sociedades dejando en existencia sólo a los más dotados. Intelectualmente, se entiende.

Así es que meditando en el “Devocionario del Cister”, un incunable que conservo desde mi último viaje a Transilvania, veo que estos cenobitas devotos del “ora et labora” (las gentes decentes sólo nos detenemos en el “ora” porque el “labora” es para la chusma), afirman invocando la sapiencia del Dr. Melifluo –San Bernardo para los insípidos intelectuales- que: “Gracia es recibir lo que no merecemos. Misericordia es no recibir lo que sí merecíamos”.

Y así os digo, palurdos y palurdas de Salta, que vosotros en términos políticos no habéis recibido ninguna Gracia sino más bien una desgracia que no merecíais. Y vaya que os cabe pedir misericordia por no recibir lo que os cabía y que por supuesto, no habéis votado.

Ya es tarde igualmente, pero el Cister enseña también sobre la virtud teologal de la Esperanza. Sobre esto, os diré que no refiero a la “esperanza” de aquel que os gobernó y que en lugar de dejaros un “Paráclito” como es razón espiritual, os dejó paralíticos, y para remate de la sutura ahí tenéis a ese folclorista fracasado, que por no tener virtud en la música ahora es vuestro gobernador. Un senil imitador de Sandro a quien todo le queda grande, hasta los sacos que viste. Más que la Ley del Universo, lo de vosotros es la Ley de Murphy.

Pero como profeta probado en todos y cada uno de mis vaticinios que como os adelanté así se dieron, vengo esta vez a deciros que ¡Tengáis Fe! No todo está perdido, porque viene asomando la nueva generación de políticos de raza. ¡Sí, estoy refiriendo a mi pupilo Marcos Urtubey! Un digno hijo de la educación de élite, preparado para conducir, no sólo autos sino pueblos. ¿Por qué me atrevo a tamaña exaltación? ¡Porque es “fructus huius doctorem”! Para entendimiento de la chusma: ¡Éste es mi pollo!

Ya venía yo diciéndoos en anteriores temporadas que estaba empeñado en hacer de este retoño algo mejor de lo que el viejo tronco de su linaje había dado. ¡Y Ecce Homo! ¡He ahí al hombre! Prohijado en los mejores salones del jet set mundial de mi brazo, bruñido en mi biblioteca donde Marcos conoció a los clásicos, que haberlo dejado en manos paternas no hubiera llegado más allá de “Corin Tellado” o “Boggie el aceitoso”.

Diré sin ruborizarme que Marcos Urtubey en un verdadero “PP” –Político Premium-, un duro trabajo que me ha reclamado casi cuatro años de afinado en los mejores escenarios del mundo y a los cuales le hiciera acceder dada su afición a aprender cada detalle expuesto. Ha frecuentado la Hig Class del conocimiento en los cenáculos donde se cultivan las mentes que dirigen al mundo (Que no son las que están dirigiendo ahora Salta, justamente…) Es la más alta calificación en materia de “dux” (líder en latín para los no iniciados). Virtuoso por linaje y liberal por ADN, como corresponde a todo líder que os garantiza toda lejanía con el populismo que idolatra el populacho. En suma, un verdadero WASP (Esto sí, sólo para iniciados).

Bastará sólo la oferta visual que representa “Il mio Marcos” frente a eso que os gobierna a media “misura” de la humanidad (término elegante para decirnos, un liliputiense) y su banda de hampones de asentamiento plurinacional, para que la figura de Marcos se distinga y eleve… bueno, no hace falta mucho para estar más elevado, ¿verdad?

Volveré a mi biblioteca y a mis cavilaciones contemplativas, mientras cae sobre vosotros la sentencia del Maestro Voltaire, que advertía: El optimismo es la locura de insistir en que todo está bien cuando somos miserables.”

Hasta la próxima.-

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