SALTA (Redacción) – El agravamiento de la situación epidemiológica en Salta llevó a que las autoridades gubernamentales analicen distintas estrategias que les permita mitigar las consecuencias de la pandemia. Una de las que más fuerte viene sonando hace un tiempo es el regreso a la Fase 1. A pesar de que muchas veces se negó esta posibilidad, la mayoría de los miembros del COE provincial se mostraron a favor del retroceso al aislamiento obligatorio. Asimismo, el gobernador Gustavo Sáenz, sin conferencia y con un parte de prensa, anunció el regreso al ASPO.
Debido al aumento de casos positivos de COVID-19 y la crisis sanitaria que esto provocó, el Comité Operativo de Emergencias llevó a cabo una reunión para analizar las estrategias a implementar. Durante esta reunión, cada integrante detalló la situación por la que atraviesa su área a causa de la pandemia. Por su parte, el jefe provincial, a través del ministro de Salud, Juan José Esteban, recomendó que lo mejor sería volver a la Fase 1.
Ante la posibilidad planteada por las autoridades, decidieron llevarlo a votación para ver que pensaba cada sector al respecto. «Se realizó una votación entre todos los presentes y casi por unanimidad se votó a favor de la vuelta a fase 1», publicó el periodista Kimón Demitrópulos en su cuenta de Twitter. Además, agregó que con este resultado solo faltaría definir desde cuándo regirá esta medida y por cuánto tiempo.
Votos en contra
Los únicos que habrían votado en contra del retroceso al aislamiento social, preventivo y obligatorio son los integrantes que pertenecen al Consejo Económico y Social. Esto se debe a que serían gravemente afectados con las restricciones que conlleva regresar a esta fase. Este sector está representado por el comercio, industria, trabajadores sector privado, minería, y hasta pequeños productores.
Los motivos del regreso
La situación epidemiológica por la que atraviesa Salta provocó que Saénz, a través del ministro de Salud, decida poner en la mesa esta drástica medida. Actualmente, la provincia salteña cuenta con 8.416 casos positivos y 134 decesos a causa de enfermedad respiratoria. El rápido ascenso de contagios provocó que los hospitales queden al borde del colapso, dejándolos sin oxígeno, sin camas disponibles para internación y con pocos médicos.
