SALTA (Redacción) – Pocas veces un legislador –legisladora en este caso- puede componer un episodio de tanto alcance público como ha sido el intento de la diputada, Mónica Juárez, de homenajear al Prócer Gaucho, Martín Miguel de Güemes en el año del Bicentenario de su Muerte, precisamente, cambiando el año de su fallecimiento.
Si bien no se puede cargar la totalidad de la culpa sobre la humanidad de Juárez, incluso más, hay que destacar su intención de sembrar una placa más para divulgar la memoria del autor de tamaña Gesta patriótica como fue la Güemesiana, no es menos cierto que la legisladora falló en el último momento de todo proceso productivo: el control de calidad.
Lógicamente, el papelón que hoy navega por las redes sociales como un tsunami, tiene un punto de inicio en quien indicó mal la fecha de fallecimiento del Prócer, se continúa con el grabador de la placa, con el albañil que la colocó y con la propia Juárez, demostrando que ninguno conoce la materia sobre la cual están trabajando, o al menos, lo hacen con ligereza autenticada.
De resultas entonces que la diputada Juárez está crepitando ahora en la hoguera pública de la burla nada patriótica a causa de un evento que comenzó como una buena intención y culminó en un escándalo que golpea las puertas del gobierno de Gustavo Sáenz donde supuestamente moran los que deben manejar estos eventos bicentenarios.
Todavía más, la ligereza que compromete hoy el prestigio de Juárez, es sin duda motivo de chanzas del mayoritario patriarcado de la Cámara donde la mayoría sabe seguramente menos que Juárez pero estará aprovechando la ocasión para desfogar su revancha “machirula”.
Si bien, en términos de vida una diferencia de cuatro años en la muerte del General Güemes, como ha sido el error grabado en la placa –de 1821 a 1817-, en términos de vida en mucho más porque ahora la legisladora deberá transcurrir seguramente los años siguientes de su mandato con el estigma de haber sido la protagonista de un hecho bochornoso.
Como sea, no quedan dudas que consciente o inconscientemente, Mónica Juárez, de alguna manera, es una protagonista destacada que siempre consigue echar luz en medio de tanta oscuridad que luce ese Recinto Legislativo.
