SALTA (Redacción) – La realización de las elecciones en Salta todavía cuenta con opiniones en contra debido al aumento de casos que se registró en la provincia en las últimas semanas. Gonzalo Quilodrán, presidente del ENACOM, es uno de los impulsores de la idea de suspender los comicios. En sus recientes declaraciones, apuntó contra en gobernador Gustavo Sáenz por no postergar las fechas estipuladas ante la llegada de la segunda ola.
Para el funcionario, el Gobierno provincial dejará desandar el cronograma electoral pero la elección prevista para el 4 de julio la va a terminar postergando. Según explicó, la realización de los comicios resultará imposible realizarse teniendo en cuenta la situación epidemiológica actual. «Será muy complicado desarrollarla de acuerdo a la evolución que se observa de la curva epidemiológica», manifestó.
Gonzalo Quilodrán recalcó que el problema con las elecciones en Salta no solo serían el día de la votación sino que también habría aglomeraciones en la campaña. Ante ello, recalcó que a nivel nacional, el oficialismo trabaja con la oposición en un acuerdo para postergar las elecciones. «No entiendo, quienes tienen la potestad miran para otro lado como si Salta no fuera a ser alcanzada por esta segunda ola”, aseveró.
Decisiones claves
No es la primera vez que el presidente de ENACOM apunta contra Gustavo Sáenz por el tema de los comicios electorales. Anteriormente, el funcionario calificó de «desatinada» la decisión de seguir adelante con las fechas estipuladas ya que el coronavirus avanza de forma acelerada en la provincia. «No parece algo atinado atendiendo la evolución de cómo se da la curva de contagio y el nivel de ocupación de las camas de internación”, detalló.
Asimismo, sostuvo que el mandatario provincial debería buscar el el bienestar de la sociedad y eso se lograría postergando las elecciones en Salta. «Es momento de tomar decisiones claves porque hoy Salta está viendo una película 3 meses antes de lo que está por suceder», explicó. Para finalizar, Gonzalo Quilodrán resaltó las declaraciones de las autoridades nacionales, quienes calificaron a la segunda ola como un «tsunami».
