SALTA (Redacción) – Todas las balas están puestas de cara a las elecciones generales del 22 de octubre. El peronismo salteño ya se ordenó, pasaron las PASO, se acabaron la pelea y se encarrilan todos detrás de Sergio Massa y Pablo Outes. De esta manera, Gaston Galindez reflexionó sobre lo que se viene y reconoció que hubo una campaña muy dura en la interna.
En primer lugar, el dirigente peronista coincidió con el análisis de muchas personas. Para Galíndez el panorama está dado para que haya un ballotage ya que nadie sacó una ventaja muy grande con los demás candidatos. Se trata de un escenario de tres tercios donde cada candidato lucha para conquistar algún trozo de los demás.
«Nadie supera el 30%, el primero sacó el 29%, el segundo 28% y el tercero un 27%. Nos sorprendió el orden, pero ninguno se sacó ventaja», reconoció Galíndez al respecto. Al mismo tiempo, se refirió a la brecha temporal que tuvo cada candidato y espacio para hacer campaña. No es lo mismo tener interna que no tenerla, por ejemplo; y eso quedó demostrado en los resultados de las PASO.
En este sentido, recordó que Sergio Massa se enteró horas antes del cierre de lista que sería el «candidato de unidad». Para Galíndez hay una clara diferencia entre aquellos que comenzaron hace cuatro años como Bullrich y quienes están hace dos años de campaña como Milei. Por lo tanto, todo esto podría marcar una clara diferencia de cara a las generales.
Con el candidato definido, la historia será otra para Galindez
Por eso mismo es que esa desventaja electoral le dio una mayor distancia a Javier Milei pero puede cambiar en las generales. Galíndez explicó que tanto el PJ, el Partido de la Victoria y el Movimiento Nacional Justicialista en general tenían intereses diversos que entraron en puja en las PASO. «No vamos a dedo, Milei, Olmedo y Orozco se eligieron a sí mismos; nosotros fuimos a las P.A.S.O y casi nos matamos«, aclaró el dirigente peronista.
«Hoy la espuma del enojo está bajando, pero creo que vamos a segunda vuelta porque no veo un margen de diferencia tan grande«, reflexionó. Además, se presenta un cambio de paradigma discursivo con aire «esperanzador de confianza». Por lo tanto, Galíndez trabajará hasta el fin de la campaña para que Massa sea presidente y Outes se convierta en diputado.
