SALTA (Redacción) – El responsable de la Delegación Salta del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci). Federico Maigua, remarcó que la inflación que ha tenido lugar en la Provincia durante los últimos meses ha sido superior a las cifras que se computaron a nivel nacional. Al respecto, mencionó que «con respecto a julio» se produjo «una variación de precios del 8,75%«. En esa línea, el dirigente manifestó que se trata de «números bastante altos y preocupantes«.
En diálogo exclusivo con SALTA4400, Maigua describió que durante agosto, mes en el que se produjo una brusca devaluación del pesos, los costos de las canastas básicas subieron exponencialmente. En primer lugar, sostuvo que la canasta básica de alimentos alcanzó los «12.971 pesos«, mientras que el precio de la canasta básica familiar se ubicó en los «32.533 pesos«. A manera de comparación con los cálculos que brindó el Gobierno nacional, aludió que para el INDEC estimó que el incremento mensual había sido del «3,4%».
Igualmente, el especialista salteño admitió que ambas instituciones cuenta con «valores parecidos en el acumulado del año». «Si hablamos de los precios de la canasta básica y no de cuánto aumentó, es prácticamente lo mismo», agregó. En esa línea, describió que «el INDEC recientemente dio a conocer el valor de la canasta básica de alimentos en 200 pesos más que la nuestra y, con respecto a la canasta básica total, hay una diferencia de 15 pesos más alta, que es la del INDEC». «Diferencia en eso no hay», expuso.
En tanto, Maigua alertó de que «la diferencia en porcentaje de la variación interanual es del 65% en las dos canastas». «Es un aumento tremendo», exclamó, al tiempo que recalcó que «la inflación en estos últimos doce meses ha sido altísima, y los salarios no han ido acompañando». Acerca de los sueldos, enfatizó en que «si lo comparamos con el Salario Mínimo Vital y Móvil, observamos que el ingreso ha quedado muy retrasado con respecto al valor de la canasta, inclusive si lo comparamos con el mes anterior».
A comparación del mes anterior, el titular de Isepci manifestó que «en agosto de este año una familia tipo necesitó mil pesos más para cubrir los gastos de la canasta básica de alimentos; y hablando de la canasta básica total, necesitó 2.300 pesos más de julio a agosto para todos los gastos del hogar». «Es un numero altísimo, no sé qué familia ha podido ver ese incremento en sus ingresos», denunció el dirigente, quien también aseveró que este complicado panorama económico ha puesto en jaque a los «sectores populares».
El impacto social
Consultado por los sitios en los que el Instituto ha realizado estos cálculo, Maigua contó que las consultas se desarrollaron «en todas las zonas» de la capital. «En prácticamente 80 barrios de la ciudad hay distribuidos 250 almacenes, carnicerías y verdulerías, donde hacemos el relevamiento todos los meses. Hay barrios de sectores medios, sectores populares, más humildes, y la situación inflacionaria es la misma en todos lados», informó. Igualmente, remarcó que en algunos lugares «a la gente le cuesta mucho más para cubrir estos gastos, sobre todo de alimentos, y tiene que recurrir a merenderos o comedores para poder garantizar esas necesidades nutricionales».
En ese marco de crisis económica, el referente de Isepci ratificó que les ha tocado atestiguar «el cierre de almacenes y verdulerías donde hacíamos el relevamiento». «Este año muchos negocios se han visto afectados después de la devaluación del 11 de agosto, lo que hizo que haya tanta remarcación de precios en muchos productos. Hay almacenes que han cerrado dos o tres días para ver qué pasaba y qué precio iban a presentar frente a los consumidores, y otros que cerraron sus puertas viendo que la situación los superaba. Eso implica pérdidas de fuente de trabajo«, lamentó.
«Se ve en los barrios que el Gobierno nacional ha creado muchísima decepción y desilusión en la gente. El humor social está bastante caído porque el modelo ha afectado a la economía de manera tal que haya bajado el consumo como consecuencia de la inflación; y los afectados no son solamente los consumidores, si no también los comerciantes. Se vive con mucha angustia. Hay negocios que tienen 20 o 30 años de existencia, y te dicen que están pensado en cerrar las puertas. Eso es el reflejo del deterioro social y económico que hay», diagnosticó.
