SALTA (Redacción) – La obesidad es una enfermedad crónica que cobró una importancia primordial en temas de Salud Pública debido a que suele asociarse a otras múltiples complicaciones, entre las que se puede mencionar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y cáncer, entre otras. Las dos principales causas del sobrepeso son la ingesta de alimentos de alto contenido calórico en grandes cantidades y las barreras para realizar actividad física.
Cada tercer miércoles de octubre se estableció como el Día Nacional de la Obesidad para generar conciencia y posibilitar cambios en el estilo de vida. La Dra. Mónica Katz consideró que “es imprescindible hacer cambios en el estilo de vida; mejorar el patrón alimentario sin prohibiciones que puedan disparar un descontrol y adoptar simultáneamente actividad física habitual con pequeñas modificaciones en la vida cotidiana”. Está comprobado que 10 mil pasos por día en una persona adulta pueden hacer una enorme diferencia en su salud.
Para determinar si una persona tiene o no sobrepeso se utiliza el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en Kg entre el cuadrado de la altura en metros (IMC= peso (Kg)/altura (m2). Si este índice es igual o mayor a 30, se considera que presenta obesidad. En Argentina, según la Secretaría de Salud de la Nación, el 61.6% de la población tiene exceso de peso y la prevalencia de obesidad pasó a ser de un 14,6% al 25,4% en el año 2018.
Siete sociedades científicas de Argentina presentaron un documento donde se recomiendan criterios para la indicación de cirugías bariátricas en pacientes con obesidad y síndrome metabólico. El mismo fue presentado en el Senado de la Nación, estipula que los pacientes para someterse a una cirugía bariátrica, deben tener un índice de masa corporal mayor a 40 (obesidad mórbida) o entre 35 y 40 (obesos severos), con una o dos enfermedades asociadas. Además, existen tres fármacos aprobados para el tratamiento crónico de la obesidad. Se trata de la liraglutida y una combinación de naltrexona y bupropión.
Se instaló socialmente una cultura en la que la obesidad es vista como un problema estético, no como una enfermedad crónica que afecta a gran parte de la población. La tarea de los profesionales de ahora en adelante será medicalizarla, sin estigmatizar a la persona que la padece. Este trastorno caracterizado por niveles excesivos de grasa corporal que aumentan el riesgo de tener problemas de salud es considerado hoy una epidemia
