SALTA (Redacción) – La pandemia del coronavirus sacó los trapitos al Sol. Sistemas políticos, económicos, sanitarios y tecnológicos fallaron de manera estructural ante una crisis global sin precedentes. Lo que mal estaba, tan sólo empeoró. En este marco, la tecnología resultó ser la mejor aliada y no sólo para estar conectados, sino también para continuar llevando a cabos rutinas de trabajo, educación, etcétera. Sin embargo, la brecha digital es grande y profunda en Argentina.
En el país, seis de cada diez chicas y chicos viven en un hogar pobre. A su vez, se estima que esa cifra podría crecer después de la pandemia, según un informe de la Universidad Católica Argentina. Mientras tanto, en materia de tecnología, Unicef realizó un estudio en el que destaca que, 2 de cada 10 chicos, no tienen acceso a internet para tomar clases virtuales. Cabe recordar que las mismas fueron pensadas como alternativa clave para continuar con el cronograma y programa de educación nacional.
Falta de conectividad, escasos recursos y deserción escolar
En Salta el director de Conectados Argentina, Federico Dada, realizó un estudio para recabar datos al respecto. El mismo, aclaró que 2 de cada 10 niños no tienen acceso a la red de internet para desarrollar el aprendizaje virtual. Se trata del método alternativo implementado ante la imposibilidad de desarrollar clases presenciales. Este panorama es similar en las periferias urbanas y en la ruralidad en hogares vulnerables salteños.
“La falta de internet, es subsanada con cartillas que elaboran y entregan a las madres en puntos de encuentros en barrios o pueblos cercanos”, señaló Dada. A pesar de ello, dio cuenta de un panorama poco esperanzador si consideramos que Salta recién empieza a sentir los efectos de los contagios por Coronavirus. En lo que resta del invierno, el combo que acompaña a la brecha digital y a la pandemia, no hace más que llamar la atención y exigir respuestas.
“Las directoras coinciden en que la brecha digital en esta provincia afecta a un 20 por ciento de sus estudiantes. Los mismos no tienen banda ancha y tienen limitaciones para disponer de datos en algún celular. Además, hay una sola computadora o celular en la casa para hacer la tarea, que es compartida por el grupo familiar. Además, temen a las deserciones”, concluyó Dada.
