SALTA (Redacción) – Los contagios de Coronavirus se aceleran en las últimas horas y los salteños se vuelven testigos de un ritmo que no da tregua. En este sentido, se conocen día a día, las lamentables muertes de personas muy queridas por la comunidad y reconocidas por su labor. Es el caso de la fuerza de seguridad, hoy personal que se encuentra expuesto y en “primera línea”. Sin embargo, el virus no distingue y nos deja un saldo de tres muertes dentro de la fuerza policial.
Tras el fallecimiento del comisario Claudio Burgos a cargo del Grupo de Acción Física especial de Reserva (Gafer), conocemos otro nombre. Se trata del sargento Claudio Retambay, quien también luego de estar internado en el IMAC murió por coronavirus. De esta manera, la fuerza policial se encuentra de luto siendo esta la tercer muerte en lo que va de la pandemia dentro del organismo.
La voz de los familiares
Cabe recordar que hace tan sólo 11 horas, el hermano del sargento pedía de manera urgente plasma para su hermano. Gabriel, hermano de Claudio, recordó que el mismo estuvo trabajando la frontera de Salvador Mazza “velando por nosotros”. En este sentido, recurría a un desesperado pedido de ayuda de la comunidad para colaborar con la vida de este trabajador esencial que esta mañana tristemente nos dejó.
A este acontecimiento, se suma Gisel, la hija del comisario Burgos quien habló con gran tristeza por Canal 9 Multivision. “Ayer a las 16 tuve que pedirle al médico que se hacía cargo de él que me diera el parte médico, porque desde el primer plasma de que le pusieron nunca me dijeron si había evolucionado o si necesitaba más plasma. Resulta que no había plasma hasta el día de ayer”, advirtió.
“Mi papá era quien nos informaba de su estado de salud, los médicos no nos decían nada. Le dije al doctor que mi papá se estaba ahogando, tocaba los botones y nadie iba. Él nos decía que estaba siendo maltratado y no le creí porque los médicos me decían que era mentira y resulta que ayer se ahogó. A la hora nos llamaron y nos dijeron que mi papá se había descompensado”, profundizó Gisel.
En el marco de una cruda entrevista y un llanto sin consuelo, Gisel aseguró que su papá necesitaba de asistencia respiratoria mecánica y que luchó 45 minutos. “Recién ahí el médico se hizo el preocupado. Quiero Justicia, no me quieren entregar el celular de mi papá, ni sus pertenencias, espero que no hayan borrado nada. Era él el que nos informaba como estaba y no el médico. Quiero Justicia para mi papá para que pueda descansar en paz”, concluyó.