SALTA (Redacción) – Actualmente, Salta atraviesa por una complicada situación epidemiológica a causa del aumento de casos de COVID-19. Esto generó una crisis sanitaria difícil de controlar, lo cual no permite brindar la asistencia necesaria a muchos pacientes que realmente la necesitan. Por este motivo, algunos familiares quedaron resentidos y mostraron su enojo en contra de las instituciones médicas y hasta llegaron a apedrear el Hospital San Bernardo.
Desde hace meses que se registran tensiones en el sistema de salud por la irregularidad en la asistencia. La cantidad de casos que se presentan por día en las distintas jurisdicciones dejaron al borde del colapso al sector sanitario provincial, el cual cuenta con recursos insuficientes. En los lugares donde más golpea el COVID-19, faltan oxígeno, camas y hasta profesionales de la salud
Por esto, muchas personas se quedaron sin atención médica y algunos hasta perdieron la vida. Esto dejó con resentimientos a los familiares de algunos pacientes, que se descargaron de una forma violenta contra el hospital capitalino. Ante ello, el Gobierno de Salta decidió poner seguridad en el nosocomio para que la situación no se repita.
Cierre del hospital San Bernardo
A raíz de las agresiones, tuvieron que cerrar el consultorio de atención ambulatoria COVID-19 del Hospital San Bernardo. Así lo informó una médica que trabaja en la institución, quien utilizó sus redes sociales para manifestar su malestar ante este lamentable hecho. En su publicación, remarcó que es una falta de respeto que las personas agredan a aquellos que trabajan día a día y no descansan para atender a los pacientes. «¿Desde cuándo necesitamos guardaespaldas para cuidarnos de los enfermos», cuestionó la profesional.
Agresiones en el hospital San Vicente de Paul
Estas agresiones también se identificaron en la guardia del hospital San Vicente de Paul de Orán. En este localidad, un grupo de personas se organizaron y fueron a tirar piedras al nosocomio. Como resultado de esto, quedaron muchos vidrios rotos y hasta un profesional renunció. Según explicó este médico, no puede trabajar en un lugar donde no se asegura la integridad física de las personas que se desempeñan en la guardia.
Enojado por esta situación, el profesional publicó en su Facebook que vivió uno de los días más tristes de su vida a raíz de esto. «Hoy 13 septiembre dije basta, Fueron 12 días de puro estrés, de solo dar malas noticias, de tener que estar en todos lados, de no dormir, de comer lo que venga, de no tomar agua por horas y horas». Y además relato que trabajan durante días, en precarias condiciones y sin tener donde bañarse. «Todo para qué? Para recibir esto… una agresión física y al alma de una sociedad hipócrita e injusta».
