SALTA (Redacción) – Con el pico de la pandemia de Coronavirus haciendo estragos en la economía y la salud de los salteños, algunos apelan al discurso de la solidaridad y la empatía como las herramientas para encontrarle solución. Desde la salud insisten con el pedido de quedarnos en casa para cuidarnos a nosotros mismos pero también a otros y preservar al personal de la salud. Mientras tanto, desde la economía, emergen iniciativas que buscan colaborar con los sectores y trabajadores más golpeados por la crisis.
En este contexto, conocíamos el domingo la propuesta del gobernador Gustavo Sáenz de generar un fondo solidario para el cual el iniciaría donando su sueldo del mes de septiembre. En esta línea, llamó a referentes de la política de diferentes partidos a sumarse para poder brindarle ayuda a los sectores del circuito económico y sanitario que más lo necesitan.
Para muchos fue parte de un intento de demagogia y para otros un auténtico y necesario esfuerzo. A ello, se suma la iniciativa del contador público Martín Simesen de Bielke. El mismo propuso aplicar la Teoría del Esfuerzo Compartido. La misma fue acuñada por la Corte de Justicia tras la crisis del 2001. La misma amerita que a partir de ello, compromete a los trabajadores del Estado para ayudar a los trabajadores privados.
¿De qué trata esta teoría?
A través de sus redes sociales pidió plicar un descuento extraordinario del 20% a los empleados del sector público que no se encuentran trabajando por el contexto actual. La misión es que ese porcentaje se distribuya a los trabajadores y empresarios del sector privado que están cerrados y sin poder trabajar desde hace seis meses.
En diálogo con Profesional FM 89.9, el profesional analizó que los sectores afectados por la pandemia en Salta y a los que se podría ayudar no son multinacionales, sino micropymes que viven del día a día. En este sentido, hizo referencia a los gimnasios, locales gastronómicos y hoteleros. Simesen de Bielke sostuvo que desde su punto de vista, el sector privado es el motor del crecimiento, ya que de lo contrario, el país es inviable.
Finalmente, consideró que en general la gente cree que el Estado es el que genera dinero y puede salvar a todos; pero no entiende que el Estado somos todos, y que es a partir de nuestra contribución que se reparte la asistencia. Por ello, señaló que cuando eso no ocurre, se recurra a la emisión y se termina provocando inflación, que perjudica especialmente a los más pobres.
