SOCIEDAD

Hambre de superación: con 22 años y una hija, venden masas dulces y muñecos tejidos para terminar su carrera en la UNSa

A pesar de las dificultades económicas, trabajan y estudian para llegar a ser ingenieros.

SALTA (Redacción) – En la mayoría de oportunidades, la situación económica y las situaciones adversas de vida condicionan el comportamiento y futuro de la persona. Sin embargo, hay otras historias que demuestran que a pesar de tener todo en contra, también se puede salir adelante. Es el caso de Enzo Santiago González de 22 años y de Ángeles Natalia Díaz de 24, quienes son estudiantes y padres a su corta edad. Ante ello, comenzaron a vender masas dulces y muñecos amigurumis para sostenerse y poder terminar su carrera en la Unsa.

En diálogo con Salta 4400, Enzo contó su conmovedora historia y todo lo que tiene que hacer para cumplir su ansiado sueño: ser ingeniero. El joven es estudiante de ingeniería civil en la UNSa desde el 2017 y se encuentra cursando el tercer año de la carrera. «Cuesta mucho pero me sacrifico todos los días», declaró. Actualmente, está becado por la facultad gracias a su excelente promedio.

La sorpresa del embarazo

Según contaron, se enteraron del embarazo mientras Natalia, quien también es estudiante de la carrera, cursaba su segundo año y el estaba comenzando a cursar el tercero. «Nos enteramos de forma repentina, no sabía que íbamos a hacer, y mirando alternativas, pude salir adelante con Natalia, así que decidimos meterle para adelante», manifestó el joven. Además, aclaró que ambos, a pesar de las dificultades, tienen pensado terminar la carrera.

Comienzo de la odisea

Las cosas para Enzo y Ángeles se complicaron un poco más cuando decidieron irse de su casa, ya que ninguno de los dos tenía un trabajo estable. «Todos te pedían experiencia y encima no había movimiento de nada por la pandemia», declararon. Por este motivo, tuvieron que comenzar a vender «masitas» para así poder irse a vivir juntos. «Nuestros padres nos ayudan mucho, pero siempre nosotros sabemos que es nuestra responsabilidad», aclararon.

Ya con la clientela de las masas dulces, comenzaron a trabajar en los muñecos amigurumis. Según contó Natalia, no les alcanzaba con las masas, así que utilizó todo lo aprendido en la primaria más algunos videos de YouTube para comenzar con este emprendimiento. «Demoraba mucho antes en hacer un peluche y ahora lo hago en 4 o 5 horas. «La necesidad de tener plata, me motivó a hacerlos rápido», contó.

Reinvertir la ayuda

Por otro lado, contaron que durante la pandemia, el IFE los ayudó a salir adelante. «El IFE nos sirvió un montón, lo supimos aprovechar bien, y siempre tratamos de invertirlo y crecer», manifestaron. Además, recordaron que durante todo el verano juntaron plata, ya teniendo en cuenta los gastos que iban a afrontar con el bebe y el deseo de vivir juntos. De esta forma, ambos continúan con la carrera, felices con su hijo y conformando una hermosa familia.

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