SALTA (Redacción) – La rápida proliferación del coronavirus encendió las luces de alarma por el sistema sanitario. Hay muchas provincias en donde el número de contagios sube de una manera drástica y el personal de la salud comienza a preocuparse. Si bien la llegada de las vacunas genera un poco de tranquilidad o esperanza, el relajamiento de las personas desató un malestar entre los profesionales.
«En todo el personal de salud hay una sensación de miedo, de angustia y mucha preocupación por el aumento de los casos», manifestó Héctor Ortíz, enfermero del hospital Durand, en Buenos Aires. El profesional remarcó que él y sus compañeros recién comenzaban a tranquilizarse por la disminución de contagios, pero de repente la curva volvió a ascender y esta vez de una manera más rápida.
«De repente el hospital pasó de tener ocupadas sólo 5 de sus 20 camas de terapia intensiva con pacientes COVID-19, a tener 15″, detalló. Y lo mismo sucedió en las unidades febriles, donde se pasó de registrar una positividad del 0% a tener una de 60%. Actualmente, se registran entre 70 u 80 casos positivos de coronavirus de forma diaria. Esto complica fuertemente la situación del sistema sanitario.
El enfermero contó que en todo el país la situación es casi similar y hay muchos profesionales que terminaron enfermos y muchos otros que fallecieron. Por este motivo, existe un malestar asociado a esas situaciones, a las que se les suma muchos otros factores como la falta de descanso y las malas condiciones laborales. «Siempre el personal de enfermería es escaso», explicó.
Indignación y falta de control
Otro factor que pone en riesgo el sistema sanitario es el relajamiento por parte de la sociedad. Según explicó Ortiz, el turismo y las fiestas en las playas son situación que provocan miles y miles de contagios. Por ello, hasta que no exista un control estricto por parte de las autoridades, los casos de coronavirus seguirán aumentando de forma constante y el personal de la salud continuará trabajando sin descanso.