SALTA (Redacción) – El desembarco de Uber en Salta desató la reacción de los distintos sectores dedicados al transporte de pasajeros. Desde un primer momento, las agencias y sindicatos de taxis y remises se mostraron en contra de esta empresa, ya que significaba una competencia para ellos. En esa línea también se mostró la AMT, quien no brindó la autorización completa para su funcionamiento.
Según explicó el vicepresidente de la AMT, Gustavo Serralta, esta empresa internacional solo contaba con autorización para el traslado de paquetes en el territorio salteño. A pesar de esto, durante este año muchos de sus vehículos comenzaron a ofrecer el servicio del traslado de pasajeros, sin contar con los permisos correspondientes para esto.
Al tener constancia de dicha situación, desde el organismo provincial comenzaron con el proceso de identificación de los vehículos y detectaron 8 automóviles que estaban ofreciendo sus servicios a través de Uber. Como castigo por funcionar de manera ilegal y sin habilitación, la Autoridad Metropolitana de Transportes dispuso una multa de 65 mil pesos cada uno.
Todos contra Uber
Los conductores de taxis y remises desde un primer momento solicitaron a la AMT que impida el desembarco de la empresa en Salta. Para esto, se realizaron una gran cantidad de marchas y reuniones con las autoridades. Según sostenían, la llegada de este servicio le traería problemas en un marco de pandemia que disminuyó el número de pasajeros que trasladaban por día.
Luego de largas semanas de lucha, en noviembre el Gobierno de Salta anunció una medida cautelar en contra de Uber. Esta normativa fue aprobada por el juez de civil y comercial, de 1ra nominación, Méndez Curuchet. En relación a esto, el presidente de la Autoridad Metropolitana, Marcelo Ferraris, sostuvo que se trató de una decisión importante para las 3.700 familias que dependen de esta actividad.