SALTA (Redacción) – El regreso a clases presenciales representa un gran problema para la comunidad educativa durante el marco de pandemia. Los alumnos y profesores no solo se tienen que enfrentar a los riesgos de contagio, sino también a los cambios bruscos que significa pasar del encierro a la presencialidad. Es por eso que expertos recomiendan aplicar un «protocolo emocional«.
Destacan que esto podría servir para enfrentar los miedos de los alumnos, docentes y padres, quienes deberán aprender a gestionar esas emociones. Este «protocolo emocional es necesario para que el miedo no interrumpa los procesos de aprendizajes», subrayan los especialistas. Además, indican que favorecería el reencuentro y la resocialización de los alumnos luego de que niños y adolescentes pasaron muchas horas al día frente a una pantalla con hábitos y rutinas muy distintos.
«Muchas de las emociones que van a estar dando vuelta en la escuela no es el contagio, sino el miedo social. Se instaló el cuidado desde el miedo, eso es lo que hay que regular», señaló Marilina Rotger, profesora y especialista en neuroeducación. Un estudio realizado por UNICEF e Ineco, demostró que durante el aislamiento e incrementó la irritabilidad en los niños quienes se volvieron muy dependientes de sus padres, lo cual podría complicar el regreso a clases presenciales.
Teniendo en cuenta esto, la experta destaca que para enfrentarlos hay que hablar sobre esos miedos en las escuelas. De esa forma, le quitaría un poco de peso a esos sentimientos y podría llevarse un regreso a clases sin tantos exabruptos. «Los docentes deben volver a instalar a la escuela como un espacio donde se transmitan sensaciones placenteras», expresó Marilina.
Errores durante el ciclo lectivo virtual
Por otro lado, hizo referencia a los errores que hubo durante el ciclo lectivo virtual del 2020. Para ella, la falta de apoyo de los padres provocó un bajo rendimiento académico. Además, indicó que falto la escuela como «ese espacio en donde se va a construir lazos». Es por eso que para volver a clases presenciales cree que «la clave está construir espacios de bienestar». Se necesita dotar de herramientas tanto a los docentes y a las familias para que puedan trabajar con los niños y adolescentes», finalizó.