El Cantando 2020 abrió su segunda semana en la pantalla de El Trece. Ángel de Brito y Laurita Fernández decidieron arrancar el programa con todo. La primera en sumarse a la pista fue Karina Jelinek. La modelo se animó a cantar «La tonta», de Jimena Barón. Junto a Manuel Victoria, la mediática apostó más por el acting que por el canto. Entonces, armó toda una escena alrededor de ella que no pudo conformar al jurado.
Jelinek venía de protagonizar el gran escándalo en la previa del Cantando. A sólo días del comienzo del certamen, ella anunció que había decidido cambiar de soñador y reemplazar a Cristian Fontán por el dominicano Manuel Victoria. Muy incómoda ante la pregunta de De Brito, la modelo explicó que su nuevo compañero la hacía sentir «más cómoda y segura» en el escenario.
Había muchas expectativas en la presentación de Karina Jelinek. Las mismas se fueron apagando tras los primeros segundos de su presentación. “No pegaste una nota, prácticamente. En casos así digamos que deberían ser más actuados. A veces uno preferiría que fuera como más hablado. A tiempo, y poner alguna notita donde se pueda. Porque cantar… No tenés oído ni para el ‘Arroz con leche’. Sos muy encantadora, lo diré siempre”, le dijo Nacha Guevara en la primera devolución.
“Estoy aprendiendo”, se excusó la participante. “Qué suerte que te pagan para aprender. Todos hemos tenido que pagar para aprender. Sos una afortunada”, respondió, tajante, la jurado, y puso un 5 en su tablero digital. Por su parte, los demás no fueron tan contundentes contra la modelo. Por su parte, Karina La Princesita la calificó con un 6 y le dijo que si bien su fuerte no es lo vocal, debe potenciar la actitud.
Desde el lado de Pepito Cibrián hubo mimos para Jelinek. “Ella me pareció encantadora. Una mujer con una presencia, un juego con un sentido profundo del humor hacia sí misma”, dijo y la puntuó con un 6. Luego, Moria Casán, dueña del voto secreto en esta primera ronda, cerró la devolución admitiendo que la sintió con una energía «medio baja». Por lo cual, se animó a preguntarle si esto se debía a problemas sentimentales.