«La situación es insostenible», dice Flavio Mendoza en una entrevista reciente donde demuestra que eligió no quedarse con los brazos cruzados en este tiempo. Los teatros han estado cerrados desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, que se dio en el ya lejano 20 de marzo. Desde entonces, muchos artistas no han tenido la posibilidad de trabajar e incluso algunos no han tenido ningún tipo de ingreso y han recurrido a ahorros o a reinventarse para subsistir.
Este es el caso del coreógrafo. Su principal ingreso es la compañía donde tiene escuelas, circo y distintos espectáculos teatrales. «Cuando está todo activo, son 280 familias las que dependen de mí», dice Flavio en una nota brindada al sitio especializado Teleshow. La imposibilidad de reunir un gran número de personas en un espacio cerrado ha sido el principal obstáculo para la vuelta para los teatros. Además, obviamente, de la dificultad de expresar emociones sin contacto arriba de las tablas.
En lo personal, tuve que vender un departamento para mantener la estructura que tengo que mantener. Realmente necesito volver a trabajar”, enfatizó Flavio Mendoza. En las últimas horas, el coreógrafo y ex jurado del Bailando por un sueño presentó ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un protocolo sanitario para el regreso de las salas con público. Según sostuvo, no le cae muy bien la idea del teatro virtual, una de las opciones que muchos artistas han elegido para continuar con sus carreras.
“Las funciones por streaming no me funcionan a mí porque son solo para uno o dos días. Yo quiero que haya espectadores en la sala”, explicó Mendoza, quien trabajó con una infectóloga en las reformas al Teatro Broadway. El complejo fue alquilado por el artista y lo mismo tuvo que pagarlo en estos meses sin actividad. Allí pretende presentar Un estreno o un velorio junto a sus protagonistas: Carmen Barbieri, Georgina Barbarrosa y Nicolás Scarpino.
“No tenía dinero para pagarle a una persona que lo hiciera así que saqué tornillo por tornillo de las butacas, lijé el piso, saqué la alfombra. Me encargué de todo”, reveló el productor. Con esto, consiguió que el teatro, apto para 1500 personas, pueda albergar a 380 con distanciamiento social. Además, él aseguró que el público presenciaría el espectáculo con tapabocas y antes de ingresar, se les controlaría la temperatura y pasarían por una cabina sanitizante. «Va a ser más seguro ir al teatro que al supermercado», prometió Flavio.
