El príncipe Felipe sintió dudas antes de casarse con una de las mujeres más poderosas del mundo. La afirmación fue hecha en un nuevo libro sobre el duque de Edimburgo titulado «El príncipe Felipe revelado» de Ingrid Seward. El editor en jefe de la revista Majesty, quien ha escrito sobre la familia real británica desde la década de 1980, afirmó que Felipe estaba «lleno de dudas» antes de casarse con la reina Isabel II.
Seward afirmó que poco antes de su boda real con la futura monarca, el príncipe Felipe, ahora de 99 años, se fue a vivir con «la bella novelista Daphne du Maurier» en Cornwall. La mujer de 72 describió su relación como «emocionalmente íntima» pero «no sexual». Según el medio, Felipe le dijo a du Maurier ese fin de semana: «No quiero volver, quiero quedarme contigo». En respuesta, du Maurier respondió: «Tu país te necesita».
El inicio de la relación
Isabel, quien era una princesa en ese momento, estaba enamorada del apuesto oficial naval. Según el medio, Isabel dijo a su niñera que supo casi de inmediato que Felipe era «el indicado» antes de que él le propusiera matrimonio en 1946. La pareja se casó en 1947 cuando ella tenía 21 años y él 26. El medio notó que Felipe estaba preocupado por el futuro de su relación. Si bien la pareja disfrutó de algunos «años felices y sin preocupaciones», las cosas cambiaron rápidamente cuando el padre de Isabel, el rey Jorge VI, murió en 1952.
El padre de la reina Isabel se convirtió en rey cuando su hermano mayor, más tarde conocido como el duque de Windsor, se negó a gobernar. Fue un movimiento que algunos vieron como un intento de eludir su deber para con la nación. Fue entonces cuando Felipe abandonó su carrera naval y se convirtió en consorte a tiempo completo de su esposa, la nueva reina de Inglaterra.
La vida en matrimonio
“Felipe estaba siendo constantemente aplastado, desairado, molestado”, dijo Mike Parker. Isabel y Felipe tuvieron cuatro hijos: Carlos, el príncipe de Gales y heredero al trono, Ana, Andrés y Eduardo. La prima de Isabel, Margarita Rhodes, también dijo a Seward que, si bien Felipe era «maravilloso» con los niños pequeños, «fue cuando crecieron y desarrollaron sus propias personalidades que Felipe pareció perder interés».