George Clooney está revelando su sorprendente habilidad. El actor de 59 años fue la cara de la edición de febrero / marzo de la revista AARP. En la entrevista habló de las cosas que ha estado haciendo en la casa que comparte con su esposa, Amal Clooney, y sus hijos de 3 años, Ella y Alexander, para mantenerse ocupados durante la cuarentena.
«Teñí la madera de todo el interior, el exterior y todos los muebles de la casa. Todo. Estaba algo sucio, tenía cubos de tinte, y pensé: ‘Bueno, ¿qué más voy a hacer?’ Me hizo sentir mejor», dijo. «Y puse alambre de gallinero por todo el patio», agregó. «Yo coso mucho la ropa de los niños y el vestido de mi esposa que se rasgó un par de veces», continúa diciendo Clooney, después de revelar que también pasó tiempo reconfigurando la máquina de coser de su asistente. «Fui soltero durante mucho tiempo y no tenía dinero, y tienes que aprender a reparar cosas».
Todas sus habilidades, piensa George Clooney, lo convierten en una opción ideal para cualquier escenario de supervivencia. «Si estuviéramos en una isla y tuvieras que elegir a alguien para que te ayude a sobrevivir, yo me elegiría a mí», bromea. «Pregúntales a todos mis amigos y ellos también me elegirían. Puedo hacer una tromba de agua con esto y una jarra con aquello». Si bien Clooney ciertamente diversificó sus habilidades, eso no se extiende al uso de las redes sociales.
El disgusto de Clooney
«Me intimida cualquier cosa en Internet», admitió. «Por ejemplo, si presiono un botón y algo sale mal, entro en pánico. Soy un ludita cuando se trata de eso». El disgusto de Clooney por las redes sociales aumentó después de su grave accidente en 2018, cuando la gente tomó fotos en el lugar del accidente, en lugar de ayudarlo. «No soy un tipo cínico, pero siempre, siempre recordaré ese momento, porque nadie estaba saltando para ir a pedir ayuda o venir a ayudar. Para ellos el peor momento de mi vida fue el entretenimiento», dijo.
«La gente muere porque están tomando una foto de un accidente automovilístico. Vivimos en este mundo donde todos intentan ser fascinantes o importantes o algo así. Cuando la realidad es: deja ese teléfono», señaló. Su sensibilidad quizás pasada de moda se filtra en su vida privada, hasta los nombres clásicos de sus hijos. «No quería nombres raros para nuestros hijos. Ya van a tener suficientes problemas. Es difícil ser el hijo de alguien famoso y exitoso», explica.
