Cuando Meghan Markle anunció que no iba a estar presente en sus actividades regulares debido a su maternidad, no imaginaba que su vuelta a las mismas iba a causar tanto revuelo mediático. Supuestamente, el estar alejada de la vida pública estos últimos meses iba a calmar las aguas. Pero lo cierto es que junto con su esposo, el príncipe Harry, estuvieron en la polémica debido a los viajes en jet privado causando una gran polémica y la negativa a pasar unos días en Balmoral con la reina Isabel II.
Lo cierto es que Meghan retoma su agenda oficial la semana que viene para presentar la colección que diseñó con fines beneficos, por lo que decidió viajar de sorpresa el fin de semana Nueva York. Esta escapada la hará sola, ya que según el medio The Times, Markle dejará a su hijo Archie a cargo de su padre mientras ella disfruta de un tiempo de soledad en el país que la vio crecer. Cabe destacar que la última vez que estuvo en Estados Unidos fue en el baby shower sorpresa que le organizaron sus amigas.
Como ya es de público conocimiento, en febrero la tenista Serena Williams, intima amiga de Meghan Markle, fue quien organizó el baby shower a la duquesa. El evento se llevó a cabo en el jugoso hotel The Mark en Nueva York y estuvo repleta de celebrities como Amal Clloney, Jessica Mulroney, entre otros. A pesar de que se conocieron algunas fotos, no trascendieron muchos detalles sobre esa noche. Hoy, seis meses después, es noticia un informa del Departamento de Estado norteamericano que se conoció gracias al medio Daily Mail. El documento contiene datos que afirman que la duquesa de Sussex huyó del hotel por una puerta lateral.
Al parecer, la ex actriz no estuvo disfrutando tanto la fiesta como todos creían. De hecho, estuvo muy preocupada por la atención mediática que estaba recibiendo. Recordemos que en este momento era “nueva” en la familia real, por lo que tener un evento frente al foco de los medios no era lo recomendable. Según el informe, la duquesa le pidió a su equipo de seguridad salir por otra puerta que no sea la principal del hotel, con el objetivo de no ser fotografiada por lo fanáticos y paparazzis que la estaban esperando.
Está claro que el rol de los miembros de seguridad es tomar las acciones menos riesgosas para sus protegidos. Los acompañantes le explicaron a Meghan el riesgo de este cambio de salida, asegurándole que la puerta lateral del hotel no tenia barreras de seguridad y los periodistas se le podrían acercar más. Pero Markle no quería dar la impresión al salir por la puerta principal que actuaba como una estrella más, aunque sabía qué era inevitable por la cantidad de medios instalados para verla.
Para satisfacer las peticiones de la esposa del príncipe Harry, los autos que la esperaban tuvieron que moverse hasta una puerta lateral del hotel, dando algunas vueltas para despistar a los reporteros. Desde allí se dirigieron al restaurante The Polo Bar, para cenar en compañía de Serena Williams y Amal Clooney. A pesar de que intentaron cambiar el trayecto, Meghan fue fotografiada entrando y saliendo del restaurante.
Cuando ocurrió este evento, muchos medios sostenían que la fiesta era exagerada y desmedida. A pesar de que el festejo tuvo un costo de 43 mil dólares, el viaje de Meghan, tanto de ida como de vuelta, fue a bordo del avión privado de los Clooney y Serena Williams pagó la suite, que cuesta 75.000 dólares por noche. También trascendió que hubo un cambio de último momento con respecto al restaurante donde fue a comer: quería probar el Flora Bar, del Museo Metropolitano, pero este tiene un gran ventanal a través del cual podía ser observada.
