Hoy los 132 escalones que conectan las avenidas Shakespeare y Anderson en el barrio del Bronx, en Nueva York son noticia debido a que millones de personas de todo el mundo que vieron a Joaquin Phoenix haciendo allí sus simpáticos pasos de baile en la película del “Guasón” los visitan para poder estar en el mismo lugar que el mítico personaje.
“Es enorme, es realmente enorme”, dice Noa Angenost, un joven turista francés. “He sido un gran admirador de Batman desde que era pequeño, estoy súper feliz de venir aquí porque nunca he podido ir a lugares de rodajes”, comentó al medio AFP. El adolescente se encuentra de vacaciones con su padre en “La Gran Manzana” y aprovechó la oportunidad para conocer la escena “mítica”.
Hasta incluso hay mucha gente que hace fila para posar junto al farol que aparece en el poster del filme. De hecho, es tanta la cantidad de fanáticos que esperan su turno para una foto junto a algunas reliquias de la película, que muchos otros se disgustan debido al gran tiempo que tienen que esperar y se terminan yendo.
La actuación de Joaquin Phoenix en “Guasón” le podría valer la nominación al Oscar como mejor actor, pero su camino no fue nada fácil. Tuvo que hacer muchos sacrificios, sobre todo físicos. En entrevista para la revista Acces, detalló los grandes esfuerzos que tuvo que realizar para dar vida a este personaje llegando a perder 23 kilos en 4 meses. “A veces me alimentaba solo con una manzana al día. También tomaba, entre otras cosas, verduras y pescado.”
“Trabajé con un médico de confianza que me orientaba y se encargaba de controlar todo el proceso”, continuó diciendo Joaquin. Además, reveló que su estricta dieta afecto drásticamente su comportamiento. “Comer poco me afectó psicológicamente. Uno empieza a enloquecer cuando pierde esa cantidad de peso en tan poco tiempo”, incluso aseguró que la pasaba realmente mal por no poder comer la comida que le gustaba. “Todd Phillips traía continuamente pretzels, que me encantan, su oficina estaba llena de ellos. Le encantan y los llevaba para el resto de la gente. Fue realmente duro tener que contener las ganas de comérmelos”.
