Demi Moore impactó a todo el mundo lanzando su libro “Inside Out”, donde habla sobre sus demonios, adicciones y desamores de su vida. Recientemente, se presentó en un programa de televisión junto a sus tres hijas, fruto de su relación con el actor Bruce Willis, quienes confesaron como se sintieron durante la crisis de alcoholismo de Demi.
En el programa Red Table Talk, que conduce Jada Pinkett Smith, y que se transmitirá el próximo lunes a través de Facebook Watch, aparecen Demi Moore y sus hijas Rumer, de 31 años, Scout, de 28, y Tallulah, de 25 como si estuvieran en una terapia familiar, donde la menor de todas intenta explicar cómo se sintió durante la época oscura de su madre.
“Es como si el sol se hubiera puesto y un monstruo hubiera venido”, contó Tallulah con evidente dolor. “Recuerdo solo la ansiedad que surgía en mi cuerpo cuando sentía que sus ojos se estaban cerrando un poco más… por la forma en la que hablaba. O que sería mucho más cariñosa conmigo si no estuviera sobria. Era muy extraño, y había momentos en los que nos enojábamos. Recuerdo estar muy molesta y tratarla como a una niña y hablarle como a una niña. No era la madre con la que habíamos crecido”, agrega la joven.
Luego llegó el turno de Rumer, la mayor, quien aseguró que durante esas recaídas “era todo muy adverso”. Esto ocasionó un distanciamiento de la actriz con sus hijas. Esto incrementó aún más su pésimo estado, que llegó a su punto culmine cuando se separó de su pareja en ese momento, Ashton Kutcher. «Era terrorífico», cuenta su hija.
Era muy extraño, y había momentos en los que sentía mucha irritación», explica. «Me acuerdo de estar muy enojada y de tratarla como si fuera una nena, hablarle como si fuera una nena. No era la madre con la que habíamos crecido», explicaba Tallulah. Su situación fue tan complicada que estuvieron tres años sin hablar.
