Este último domingo, la vida de Max Von Sydow se apagó para siempre. Quizás su nombre no era muy conocido en la industria cinematográfica, pero participó de grandes producciones tanto en cine como en televisión. Fue una gran estrella del cine europeo e incluso estuvo nominado a un Oscar en dos oportunidades: en 1988 por «Pelle el conquistador» y en 2011 por «Extremely Loudly and Incredibly Close«.
Von Sydow, que se convirtió en el símbolo de Ingmar Bergman para el hombre moderno en películas como «La pasión de Anna» y «La vergüenza«. Después de hacer su debut como caballero errante en «El séptimo sello», también tuvo una carrera inusualmente prolífica en Hollywood y en películas internacionales.
Hizo su debut en Estados Unidos en el papel de Jesucristo en la turgente epopeya de 1965 de George Stevens «La historia más grande jamás contada«. Además, llegó a causar una fuerte impresión en el público en «El Exorcista» como el Padre Merrin, «Hannah y sus hermanas» de Woody Allen, «Dune» de David Lynch, «Tres días del cóndor«, «Hawai«, «Conan el Bárbaro» y «Despertares«.
Más recientemente, el actor protagonizó «Game of Thrones» como el Cuervo de tres ojos. También apareció en «Kursk: La última misión» (2018) y «Lego Star Wars: El despertar de la fuerza» (2017). En 2014 fue elegido para la continuación de la saga de J.J. Abrams «Star Wars», «Episodio VII – El despertar de la fuerza» como Lor San Tekka.
Max Von Sydow: el alter ego de Ingmar Bergman
En 1955, el joven actor fue descubierto por Bergman, para quien von Sydow trabajó en el escenario durante un año antes de protagonizar «El Séptimo Sello», la película que puso al director en el mapa internacional. Von Sydow se convirtió en el alter ego de Bergman en la pantalla y en un jugador habitual de Bergman junto con Gunnar Bjornstrand, Ingrid Thulin, Bibi Andersson, Gunnel Lindblom y Liv Ullman. Protagonizó «El Mago» y «La Primavera Virgen» y tuvo un pequeño papel en «Fresas Salvajes». Von Sydow también protagonizó las películas más personales y contemporáneas de Bergman, como «La hora del lobo», «La vergüenza», «A través de un cristal oscuro», «Luz de invierno», «La pasión de Anna» y «El toque». Su rostro nublado expresaba la angustia espiritual de Bergman con la vida moderna.
