A pesar de su exitosa y galardonada carrera, Joaquin Phoenix todavía sufre de nervios antes de asumir cada papel. El actor de 45 años cubre la edición de mayo de la revista British GQ. En su entrevista reveló que suele sufrir de ataques de ansiedad semanas antes del inicio de la producción. En su entrevista Phoenix reveló que sufre de una ansiedad paralizante durante semanas antes del inicio del rodaje», y agrega que «el día anterior, se siente físicamente enfermo».
«Durante las primeras tres semanas de rodaje, suda tanto que tienen que poner almohadillas en la axilas», agregó en la entrevista. El director James Gray incluso recordó que Joaquín Phoenix vomitó detrás del escenario antes de una entrevista televisiva debido a los nervios. De los nervios que siente en esas situaciones, Phoenix expresó: «Es pura ansiedad. Y me encanta».
Una extraña fijación
El amor del actor por ese sentimiento ha sido evidente a lo largo de su carrera, ya que se niega en gran medida a ensayar porque, según se señala en la entrevista, Phoenix se deleita con la ansiedad de no saber. Esa filosofía de incertidumbre ha llevado al actor a creer que todo lo que se les enseña a los actores está «completamente equivocado». Irónicamente, llegó a esa conclusión después de filmar la película de 2005, Walk the Line.
«Simplemente actúas y es tan feo», dijo. Después de hacer esa película, Phoenix expresó a la revista que se consideraba un «hedonista» que vivía en Los Ángeles y que quería solo «pasar un buen rato». «No me estaba involucrando con el mundo ni conmigo mismo de la manera que quería», dice Phoenix. «Estaba siendo un idiota, corriendo, bebiendo, tratando de joder a la gente, yendo a clubes estúpidos».
Cambio de perspectiva
Durante ese mismo período, Phoenix volcó su automóvil mientras conducía por una sinuosa carretera en Los Ángeles. El accidente lo dejó ensangrentado, magullado y desorientado, según se revela en la entrevista. Luego de su accidente Phoenix decidió fumar un cigarrillo. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, escuchó a alguien con acento alemán decirle «solo relájate».
