Armie Hammer fue la portada de la edición de noviembre de la revista British GQ y, en su entrevista habló sobre su separación de su esposa Elizabeth Chambers, después de 10 años de matrimonio. La pareja, que anunció su separación en julio, comparte dos hijos, Harper, de 5 años, y Ford, de 3 años. «No creo que encuentres a nadie en el mundo que diga que lo que estoy pasando es algo fácil de llevar», señaló el actor.
«No se trata de si fue idea tuya o no, o si crees que es la idea correcta o no. De cualquier manera, una separación como esta es un evento sísmico y grave en la vida de cualquier», señaló el Armie Hammer. «Hay muchos cambios, muchos dolores, mucho crecimiento. El cambio es una constante universal. Quiero decir, el cambio no siempre es algo malo, pero eso no significa que sea indoloro», continuó diciendo.
Una difícil decisión
«Elizabeth y yo somos dos adultos que tomaron una decisión y la prioridad es cómo lo hacemos de una manera que afecte menos a nuestros hijos. O, al menos, cómo podemos ayudarlos a superar esto de una manera que mitigue tanta consternación o miedo o daño de su parte», explicó. Antes del anuncio de su separación, Armie Hammer, Elizabeth Chambers y sus hijos fueron puestos en cuarentena en las Islas Caimán, una experiencia que no fue del todo positiva.
«Estábamos mirando al océano, pero no podíamos ir al océano; mirando la playa, pero no podíamos ir a la playa. No podíamos salir del apartamento, no podíamos ir a la piscina, no podía hacer nada», dijo el actor. «Así que fue un tiempo familiar muy concentrado, lo cual fue genial para los niños, pero fue intenso», agregó. Hammer señala que la situación se agravó por tener «grandes personalidades encerradas en un pequeño lugar».
Lidiar con el encierro
«Fue difícil. Nunca había lidiado con algo así antes en mi vida, así que no tenía las herramientas para llevarlo», dijo. «Simplemente fue esta cosa que se coló sobre todos. No creo que lo manejé muy bien. Creo, para ser franco, que estuve muy cerca de perder la cabeza por completo. Me sentí completamente impotente». señaló. «Estaba en una isla donde el encierro era tan severo que ni siquiera podía llegar el correo», continuó diciendo Hammer.
