El príncipe Harry es muy consciente del impacto que tienen las redes sociales. El duque de Sussex, de 36 años, y su esposa, Meghan Markle, se han enfrentado al odio en línea desde el comienzo de su relación. Pero ahora, Harry mencionó cómo las redes sociales tuvieron un papel importante, por lo que deberían rendir cuentas, en los disturbios en el Capitolio de los Estados Unidos ocurridos el 6 de enero.
«Hemos visto una y otra vez lo que sucede cuando se ignora el costo real de la desinformación. No hay forma de restarle importancia a ese hecho. Hubo un ataque literal a la democracia en los Estados Unidos, organizado en las redes sociales, que es una cuestión de extremismo violento», dice Harry a Fast Company en una entrevista publicada recientemente.
«Es ampliamente reconocido que las redes sociales desempeñaron un papel en el genocidio en Myanmar y se utilizaron como vehículo para incitar a la violencia contra el pueblo rohingya, que es una cuestión de derechos humanos. Y en Brasil, las redes sociales proporcionaron un conducto para la desinformación que, en última instancia, trajo destrucción a la Amazonía, que es un problema ambiental y de salud global. En cierto modo, adoptar un enfoque predominantemente de no intervención de los problemas durante tanto tiempo es en sí mismo un ejercicio de poder».
La insurrección en el Capitolio
Luego de la insurrección en el Capitolio, compañías como Twitter, Facebook y YouTube bloquearon o limitaron las cuentas de Donald Trump para evitar más violencia luego de que compartiera un video dirigiéndose a sus seguidores. «Las plataformas en línea dominantes han contribuido y avivado las condiciones para una crisis de odio, una crisis de salud y una crisis de la verdad», dijo Harry. «Y lo mantengo, junto con millones de personas que ven y sienten lo que esta era ha hecho en todos los niveles: estamos perdiendo seres queridos por las teorías de la conspiración, perdiendo el sentido de nosotros mismos debido al aluvión de falsedades y en el mayor escala, perdiendo nuestras democracias».
«No se puede exagerar la magnitud de esto, como lo señalaron incluso los desertores que ayudaron a construir estas plataformas. Se necesita valor para ponerse de pie, citar dónde las cosas han ido mal y ofrecer propuestas y soluciones», continuó diciendo el duque. «La necesidad de eso es mayor que nunca. Por eso, me alienta y me agrada la oleada de personas que trabajan, o han trabajado, dentro de estas mismas plataformas que eligen hablar en contra del odio, la violencia, la división y la confusión», señaló.