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CULTURA

Canciones de Ricardo Mena –Martínez Castro

Premiadas en concursos provinciales y nacionales. Y de próxima aparición en un libro con sus musicalizaciones.

Imagen ilustrativa - Fuente: Redes sociales

PICO DE PALOMA

SERENATA-CANCIÓN

RICARDO FEDERICO MENA

NÉSTOR ROBERTO JURI

El amor como la fe, puede mover la montaña, transportar la realidad hacia un mundo mágico de ensueños, donde un hombre y una mujer, en la fugacidad de la vida, se juran ese amor perdurable, donde lo mejor aún no se ha vivido… donde la Felicidad y la Tristeza, como inexorable destino de luces y de sombras, se convocan al amparo de la noche, derramándose en un río torrentoso, desde astrales vertientes, serpenteando inverosímiles barrancas de nubes; ellas traen como mágicos nenúfares miríadas de estrellas encendiendo un cielo, donde quizá el desvarío de dos locos que se aman, inventan con el alma llena de poesía, una galaxia nueva: EL PICO DE LA PALOMA.

Es allí donde bajo su romántica advocación se prometen ese amor, nimbado por un halo de eternidad que, como medusa ciega va devorando la muerte para resucitar: LA VIDA.

Imagen ilustrativa – Fuente: Redes sociales

I

Porqué te ensañas

Tristeza…

Cuando el sol brilla audaz

En el horizonte…en el horizonte

Felicidad, porqué claudicas…

Cuando el cielo enciende

De galaxias

El corazón hambriento…

El corazón hambriento….

Miro arrobado el firmamento

En éxtasis…

Comulgando a Dios y al infinito

En éxtasis…

Y siento que el viento amigo,

Me trae efluvios de tu aroma

Que van penetrando como un vaho dulce

Mis espaldas.

II

Sonríes mujer…

Y estamos juntos

Gozosos de eternidad

Escudriñando…escudriñando…

Desbordados de ternura

Esa romántica galaxia

Que has nombrado

Miro arrobado el firmamento

En éxtasis

Comulgando a Dios y al infinito…

En éxtasis …

Y siento que el viento amigo,

Me trae efluvios de tu aroma,

Que van penetrando

Como un vaho dulce

Mis espaldas…

El Pico de la Paloma(bis)

allí estaré algún día esperándote…

OLVIDO

ZAMBA CANCIÓN

RICARDO FEDERICO MENA

NÉSTOR ROBERTO JURI

La tarde incendiada de arreboles demoraba su ocaso presentido, junto al éxtasis con que la canción del agua seducía la severidad augusta de la piedra. Allí, sobre la arena ardiente de la playa, el ocaso encuentra al hombre que sueña un amor sin esperanza…es un navegante sin velero…con su brújula perdida.

Imagen ilustrativa – Fuente: Redes sociales

El alma se arrodilla vacilante, sin fe, y pide al viento-ese eterno vagabundo- le traiga la caricia errante de su aroma.

El olvido, como el destierro, es uno de los innumerables rostros de la muerte, las ojeras de la tristeza, donde el amor va navegando un río turbio, de aguas procelosas dando al dolor un territorio desértico, donde están sepultadas por la arena de todos los desiertos y la nieve de todos los inviernos, las cenizas de aquél amor, que sin nacer golpea bajo la luna gris y fría, la sombra deshabitada de sus silencios.

I

Trae la tarde tu recuerdo,

A orillas del crepúsculo,

Y un viento dulce me acaricia,

Con tu aroma frutecida.

II

Olvidas…y mi boca espera,

En un alba sin rocíos,

La promesa aún no vivida

De fuegos y ocasos rojos.

ESTRIBILLO

Tus ojos, dos estrellas lilas,

Tu boca una rosa estremecida,

Alumbrando de imposibles,

noches de luna…entristecidas.

I

Me amanecen los recuerdos,

Como luz en la penumbra,

Me anochecen los desdenes

Bajo una luna gris y fría.

II

Flor desierta tu corazón,

Agostado en sus silencios,

Ciego a los ocasos rojos,

Y a las madrugadas frías

ESTRIBILLO

Tus ojos, dos estrellas lilas

Tu boca una rosa estremecida,

Alumbrando de imposibles,

Noches de luna…entristecidas.

NOSTALGIA DE AMOR

Ambulando tras la nostalgia, el hombre vuelve a los altos días de la melancolía de amor. Suspira y evoca esa graciosa tez de arena y de sal de la mujer que sueña. Sus ojos, entonces, se desprenden tras el hervor espumoso de la playa y la brisa lo asalta con almibarados sorbos de amor.

Imagen ilustrativa – Fuente: Redes sociales

Sin pausa, del brazo de una música que hechiza el alma, comienza a caminar por las habitaciones desiertas de un cariño ya olvidado. Busca su rastro por los rincones desvelados del tiempo, y a través de la ventana entreabierta, una levedad de gaviotas parece decirle, que acaso, envuelto en las nubes del crepúsculo, ha llegado la hora del retorno.

El corazón emerge, y no puede contener su palabra, mientras sueña con su paso leve, cuando hería el delgado camino de la noche.

Son días que él ve, azules de encanto, bajo el suave peso de unos labios abriéndose al amor. Quizás algún día vuelva a encontrarla en las espigas del tiempo, y descubrir en ellas, a Dios.

ZAMBA CANCIÓN

RICARDO FEDERICO MENA

NÉSTOR ROBERTO JURI

I

Estoy pensando en amores,

Junto a la nostalgia de un antiguo amor,

Con un tremendo suspiro,

En tu tez pintada, de arena y de sal,

Fuiste un juguete, de aquel olvido,

Dispuesto estoy para amar

II

¡Qué llanto azul al perderte!

En hervor de espumas, de playa y de mar,

Amo tus ojos de luna,

Volviendo en gaviotas, de viento y de sal

Con la alegría sobre la brisa,

Que es como volver a amar.

Con la alegría sobre la brisa,

En sorbos dulces de amor.

ESTRIBILLO

Si hubieras visto aquella pasión,

De nuestra historia de amor,

Que trepa al beso, que arde en tu boca

Luz de distancia en el mar…

Ocaso y luna en el mar.

I

Mojo mis manos en las nubes,

Buscando tu rostro divina mujer, quién sabe si estarás libre,

Como las gaviotas que surcan la mar,

Seré el juguete que no te olvida, acariciando el amor.

Seré el juguete ebrio de mieles, sobre la espuma del mar.

II

Me siento triste y lejano,

Pensando en qué brazos, que gente amarás

Veo acercarse la noche,

Desde la ventana de mi soledad,

Desesperado quiero que escuches,

Este llamado de amor,

Desesperado quiero que escuches,

el viento gritando amor.

ESTRIBILLO

Si hubieras visto aquella pasión,

De nuestra historia de amor,

Que trepa al beso, que arde en tu boca,

Luz de distancia en el mar…

Que trepa al beso, que arde en tu boca,

Ocaso y luna en el mar…

ENDECHAS DE AMOR

Mandé aparte la letra de la canción con el poema que lo antecede

ZAMBA

RICARDO FEDERICO MENA

JORGE GONZÁLEZ SOLÁ

I

Escucho el viento en la noche

Trae tu boca, respuestas… dolor

Su lengua me quema con besos

Y tiernas endechas de amor.

II

Me trepa de ansias la sangre,

Me devora la carne tu amor,

Como un río loco cantando,

A tus labios de espuma me voy

ESTRIBILLO

Ser el sol que abrace tu trigo

Ser el fuego que dore tu pan

Bajo la luna caliente de enero,

Ritual de vida en el medanal.

I

Subo a los vientos llevando

A tu oído mi canto de amor,

Recibe el fuego encendido,

Hecho hoguera en mi corazón.

II

La noche me puebla de aromas,

Las estrellas adivinan tu luz,

La arena del río dibuja,

Caderas de fuego en el azul.

ESTRIBILLO

Ser el sol que abrace tu trigo

Ser el fuego que dore tu pan

Bajo la luna caliente de enero,

Ritual de vida en el medanal.

NUEVE LUNAS

Ricardo Federico Mena

Jorge Hugo Chagra

Imagen ilustrativa – Fuente: Redes sociales

I

Ayer llegaste a mí, Mujer

Desde el origen vivo de la sombra,

Sublime zumo en floración,

Cuajada estrella del rocío.

Te voy soñando en la canción,

amor que vuelve del olvido.

En nueve lunas te amaré,

Antes de que el tiempo te anochezca,

Tu carne esquiva y virginal,

Estremecida de luna y greda,

llovizna azul de eternidad,

Crespones hondos de la pena.

ESTRIBILLO

Te busco amor, y te mezquinas,

Corola cerrada y temerosa,

Morena flor que siente arder,

El beso voraz de mi verano.

Morena flor que escucha florecer,

Simiente, amor y carnavales.

II

Amor de ayer que viene a mí,

Soplo acezante de la luna,

Salvaje, dulce y loca tentación

Germinando el trigo en su cintura,

Rosada flor de ensoñación,

Aun madurado tiempo de ternura.

Si escucha tu alma en soledad,

Las confesiones tristes de la lluvia,

Abrigarás con besos mi ilusión,

Ardiendo amor en nueve lunas,

Vivamos juntos la pasión,

Que esparce el viento por las dunas.

NO QUIERO DECIRTE ADIOS

El amor es un insondable misterio que, desde el inicio de los tiempos, como un pájaro de fuego nos transporta en sus alas desplegadas hacia los confines celestes de la dicha, pero ocasiones ese hontanar de sol que fecunda la primavera de la vida, apaga su luz y cubre con un manto esquivo, la inmensidad descubierta en unos ojos, donde otrora reposaban como diamantes, un puñado de estrellas hurtadas a la noche.

Imagen ilustrativa – Fuente: Redes sociales

Toda la esencia del amor y la cantarina madreselva florecida en besos, como extraños jinetes fugitivos huyen de esos ojos que avizoraban la miel. Es el canto vibrante del hombre en soledad, que bajo la luna amanecida canta:

I

No quiero decirte adiós

Ni dar la espalda al amor

Quiero volver a la luz

De encendidas primaveras

II

Trasiega tu ternura

Ardida en besos de ayer

Abrasándonos la piel

Reverdeciendo el amor.

ESTRIBILLO

Carnadura del amor irrepetible

Que da sentido a la vida

De este corazón enamorado

Que grita su silencio alucinado

En las negras grutas de la sombra

Es el amor el que hoy te nombra.

III

Tus manos en las mías

Loco temblor en tus dedos

Tejiendo amores y hogueras

En la trama de tus besos

Te necesito mujer

Como la Luna a la sombras

Sintiendo latir nuestra sangre

En la piel amanecida

ESTRIBILLO

Carnadura del amor irrepetible

Que da sentido a la vida

De este corazón enamorado

Que grita su silencio alucinado

En las negras grutas de la sombra

Es el amor el que hoy te nombra.

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