SALTA (Redacción) – Alguna vez escuchamos decir: “donde pone el ojo, pone la bala”, dando entender que tal sujeto tiene buena puntería, incluso al momento de conseguir sus metas. Paralelamente a esta premisa propia de la sabiduría popular, existen quienes con mayor rigurosidad, hacen referencia a esta cualidad. Es el caso del reconocido lingüista mexicano José Guadalupe Moreno de Alba, quien explica en “Minucias del lenguaje”, que los verbos ver y mirar, no refieren a lo mismo si prestamos atención a su etimología.
Mientras que ver viene del latín vid?re; mirar viene de mir?ri, admirarse. En este sentido, el lingüista reflexiona: “vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos; basta tener los ojos abiertos para ver, pero para mirar necesitamos ejercer, en alguna medida, la voluntad”. He aquí el quid de la cuestión. La fotografía es un claro ejemplo de esta explicación.
Aquella persona que elige mirar el mundo desde el lente, elige admirarlo y por lo tanto, toda representación tiene un sentido subyacente. Hacer foco en algún detalle de la realidad, no es una actitud aleatoria, es intencional. Cada foto es un retrato hecho arte. La poesía se vuelve imagen. En cada captura hay una historia que se escribe con luz. La fotografía entonces, es una manera de ver el mundo.
En el caso de la Fotografía de Arquitectura sucede lo mismo. La Fotografía de Arquitectura busca la efectividad en imágenes de un mensaje publicitario, representando un espacio organizado y preparado como proyecto de negocio. Es decir, se basa en documentar edificios para arquitectos, espacios para diseñadores, comercios, hoteles, restoranes, entre otras instalaciones.
“En la Fotografía Arquitectónica, el fotógrafo deja a un lado sus aptitudes artísticas y enfoca sus conocimientos y técnicas en el proyecto arquitectónico en sí, tratando de dar con un resultado final que refleje descriptivamente el proyecto lo más cercano posible a la realidad”, explica Ignacio Cabanius, quien desde un principio encontró en la fotografía una forma de expresión y una pasión.
“Home Staging”: cómo captar la identidad del espacio
Sus ojos inquietos no tenían margen de error, donde sea que él fuese encontraba afuera algún instante para retratar. La vida no pasaba desapercibida para Ignacio. “Desde chiquito siempre me gusto y me atrajo el arte audiovisual. Recuerdo editar en vivo con la filmadora de mis padres poniéndole música directamente con auriculares…otras épocas”, recuerda, con la curiosidad todavía intacta.
La arquitectura fue un capítulo en su vida, una disciplina que más tarde se complementaría con la fotografía. “La carrera me dio una perspectiva y una forma de mirar el mundo única y específica”, subraya. Todos los caminos llevan a Roma. En Punta del Este se encontró con el Home Staging, que es un método de Marketing Inmobiliario, donde pudo hacer fotos de interiores para comercializar diferentes inmuebles.
“Profesionalmente, cuando me fui a vivir al exterior decidí dedicarme de lleno a este arte tan lindo cuando descubrí que en todo momento veía una foto. Pase por distintos tipos de fotografía: de moda, social, trabaje como cámara en TV, casting para publicidad hasta que por fin descubrí la fotografía de Arquitectura. Esta última me enamoró, se cruzaron dos amores en mi vida y me di cuenta que ahí era donde quería especializarme”, asegura.
Ignacio encontró en la fotografía un reflejo de sí mismo; la profesión supo darle aquello que tanto había buscado: vivir de lo que ama por sobre todas las cosas. Sacar fotos no es un hobbie, es cosa seria. “La profesión de fotógrafo tiene muchas facetas distintas que a lo largo de los trabajos tenemos que sacar a relucir y otras esconder. Por lo tanto, siempre fortalecemos mucho aquellas que se identifican con uno mismo, en mi caso la paciencia para poder encontrar el ángulo y la composición perfecta para cada foto. También la visión y la curiosidad, la creatividad, la pasión y la sensibilidad”, revela.
Casi como una manera de explorarse a sí mismo y re descubrir su entorno, hizo de esta fusión una forma de leer todo aquello que veía. Captar el alma de aquello que se nos presenta inanimado. “La relación que se establece entre los diferentes elementos que interactúan y componen la escena, todo ello me permite congelar de esta forma la personalidad única que define cada espacio y su entorno”, explica.
“La arquitectura por ejemplo, me permitió encontrar puntos claves a fotografiar que harían la diferencia: la posición, la amplitud del ángulo de visión, el encuadre, la sensación de profundidad, la perspectiva, el ritmo competitivo, la luminosidad y las condiciones atmosféricas, serán la clave para descubrir las múltiples dimensiones y volúmenes del espacio arquitectónico”, asevera.
Mercados emergentes: la fotografía arquitectónica como estrategia de negocio
En Salta apenas empieza a emerger este mercado, algunos atisbos dan fe de que quizás pronto sea un negocio consolidado. La inversión en marketing digital para redes y páginas web de a poco se instala dentro de los hábitos de consumo. “En otras ciudades se puede ver que el trabajo digital y el impacto de las redes está mucho más desarrollado y asimilado. Esta nueva era, sobre todo fotográfico con aplicaciones como Instagram, está en su máximo esplendor en todo el mundo”, analiza.
“Sin embargo, creo que en Salta está empezando a crecer y hay un potencial enorme para desarrollarlo y consolidarlo”, agrega, dando cuenta del valor agregado que supone complementar un proyecto con este tipo de fotografía. Empezar a ver el gasto como inversión es uno de los grandes desafíos del siglo, para revitalizar el entramado productivo y profesional.
“Las ventajas se concentran en la comercialización del inmueble y el incremento de visitas que se obtiene con una buena fotografía, tanto para mostrar trabajos realizados por arquitectos o diseñadores, como también para la comercialización de las inmobiliarias, las instalaciones que figuran en Airbnb, hoteles, locales comerciales, etcétera”, profundiza Ignacio.
Una fotografía profesional es garantía de calidad. El ojo quirúrgico, el detalle y la precisión son parte de la propuesta. “Cuidamos detalles específicos y elegimos el tratamiento adecuado como ser, que cada espacio fotografiado esté sin deformaciones ni malas perspectivas propias de los objetivos. Esto dará por reusltando una imagen real y perfectamente compuesta”, expresa.
“Mi trabajo con la fotografía es la intervención del espacio, despersonalizando la propiedad para así tomar una fotografía estratégica alcanzando el mejor resultado para comercializarla. Es decir, la vivienda es un producto y tiene que estar bien presentada para venderse. Para ello, tiene que tener las condiciones adecuadas para mostrar el potencial de la misma, atrayendo y aumentando las visitas a la propiedad”, asevera.
Lograr una representación de cada ambiente lo más genuina posible es la meta. “Las personas que buscan propiedades por ejemplo, filtran su búsqueda por Dinero, Barrio y Ambientes. Una vez realizada esta búsqueda, la propiedad que va a visitar es aquella que más la emocionó a través de la fotografía, aquella en la cual se vio viviendo cuando vio ese retrato”, concluye Ignacio.
