SALTA (Redacción) – La música es la expresión por ley que elige toda una generación, que emerge consistente, con sus propios códigos, formas y pensares. En la actualidad, escuchar una canción, es más que una letra y una melodía. Detrás de cada obra, subyace un escenario social y cultural que ha ido mutado con el paso del tiempo, estableciendo nuevas fusiones sonoras y compositivas.
En este marco, cada vez son más los jóvenes que se abocan a este rubro como una profesión, en busca de un sueño difícil de conseguir pero prometedor, apasionante y cautivante. Algunos tienen la suerte de intentarlo todos los días, trabajando activamente para vivir de lo que aman. Es el caso de Luciano Fernández, un referente de la escena emergente.
Nacido en Ledesma, Jujuy, tiene tan sólo 24 años y apuesta a hacer música urbana, fusionando pop, latino y baladas. “Piso 21”, “Yatra” o “Nicky Jam” son algunos de los artistas con los cuales se asemeja su propuesta musical. Moderno, resuelto, fresco, intrépido, valiente, libre y soñador, Luciano da la nota.
“Siento que tengo mucha versatilidad para componer e interpretar. Dejo que todo fluya de manera orgánica. Soy mi propio productor musical. Hago mis canciones en su totalidad, así como produzco y compongo para otros artistas”, explica Luciano. Con esa misma habilidad, energía, disposición y voluntad, apuesta a lo grande cuando de crear se trata.
Es esta la virtud de una juventud que viene a por todo; que no tiene “peros” ni de techos entiende. Una juventud que no espera, que sale a la caza de sus deseos. “Mi meta para este año es llevar mi música a tantos escenarios sea posible, se vienen nuevos temas y videoclips. También preveo que mi nuevo estudio de grabación @energia.studio, junto a mi colega y amigo Oni, siga creciendo”, adelanta.
Un ADN que habla de música y sueños cumplidos
Todo comenzó en el año 2016, momento en el que se animó a probar suerte, mostrando de a poco lo que hacía. Los resultados no se hicieron esperar con repercusiones gratificantes, que lo motivaron desde el principio en un camino que se sabe es cuesta arriba. “De entrada tuve mucho apoyo de la gente, eso impulso a que elija en su totalidad este camino”, subraya.
Sin embargo, la clave de esta caja fuerte no estaba fuera, yacía dentro. Lo que corre por las venas es tan indiscutible como irresistible. Está en los genes. “Lo llevo en la sangre, mi papá es cantautor y le salí igual. Desde chico me enseñó a tocar la guitarra y me mandé solo como autodidacta”, recuerda. Su propia experiencia y su juicio crítico fueron las herramientas de su evolución.
Su ímpetu, energía y convicción lo distinguen. “La viene rompiendo desde siempre”, rumorean algunos. Esa humildad y persistencia que lo caracterizan hablan por sí solas. “Elijo transmitir un mensaje de positivismo y motivación para todos los soñadores, grandes y chicos. Me gusta cantarle al amor, llevando solo buenas vibras y eso se contagia”, asegura.
Con J Balvin y Alejandro Sanz como sus favoritos, Luciano todavía tiene tela para cortar para rato. Sus sueños le permiten volar alto, con los pies en la tierra y la mirada hacia adelante. “Me siento muy identificado con J Balvin, con su personalidad y forma de ver las cosas. Respecto a Ale Sanz, opino que es un fuera de serie”, agrega.
Donde otros ven abismos, los jóvenes ven oportunidades
Cada oportunidad, fue un grato regalo, que Luciano abrazó fuerte, agradecido y entregando hasta la última idea y esfuerzo para concretar sus propuestas; siempre con hambre de ir por más. Lo cierto es que en la región se sabe cuesta un poco más, pero donde algunos ven un vaso medio vacío, otros ven un vaso lleno. Ahí, justo ahí, está la diferencia entre quedarse de brazos cruzados o hacer algo.
“En planos generales creo que se debería apoyar más a los artistas locales. Esta apareciendo una gran camada de jóvenes con mucho talento, decididos a incursionar en otros géneros que están tomando peso, como ser el urbano, freestyle, trap, etcétera. El público se renueva. Son nuevas puertas que se abren”, analiza Luciano.
Quejarse, cuartar las oportunidades o serruchar el piso es para los flojitos; amar lo que elegimos y atrevernos a ello es de valientes. “Para algunos es muy poco rentable esta disciplina en el Norte. Yo elijo pensar que está bueno impulsar nuevos rubros y verlo como una ventaja”, reflexiona convencido.
Con esta filosofía, Luciano nos enseña que según la perspectiva y lente con el que optemos mirar nuestra existencia, serán los resultados a los que lleguemos. Su música es hoy una posibilidad de habilitar nuevas experiencias y enfoques. “La vida es muy corta como para no hacer lo que el alma te pide, estamos de pasada. Sería un grave error no perseguir tus sueños”, concluye.