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CULTURA

“Frida Kahlo: sueños y realidad”, una obra teatral para sacarse el sombrero

Susana Copa interpreta a Frida en la obra que coordina junto a Sebastián Olarte. Nos tomamos unos minutos para conocer la historia de una mujer que puso al mundo a sus pies.

Susana Copa interpreta a Frida Kahlo
Susana Copa interpreta a Frida Kahlo

SALTA (Redacción) – Ocuparnos de esta crisis, significa emerger desde una nueva versión, no así hundirnos mientras transitamos el duelo. La práctica artística es una manera de respirar otro aire y a su vez, una vía  de reflexión más amable y natural. En momentos de soledad, la compañía la encontramos en simples detalles, como el silencio o  una conversación nítida, genuina y oportuna.

En este devenir me encontré con Susana Copa, actriz. Actualmente, encarna a una mujer icónica para la historia del arte, la cultura y la sociedad, en el marco de la obra “Frida Kahlo: sueños y realidad”. Se trata de un unipersonal que propone al público un encuentro con Frida, en la histórica Casa Azul. Si bien por cuestiones que exceden a la producción, como lo es la pandemia por Coronavirus, la obra se encuentra suspendida, esto no resulta un limitante para llegar al origen de esta enriquecedora historia.

“Cuando subo al escenario, subo para hacer un homenaje a una mujer latinoamericana, una pintora, un ícono del feminismo; alguien que ha transformado su dolor en obra de arte.  La vida de Frida es inspiradora, trascendente”, subraya Susana, quien nos invita a conocer la vida y obra de una mujer indomable y poderosa, que en cada pincelada, cada esbozo, cada palabra y cada decisión, ha dado cuenta de su naturaleza.

Susana, en la piel de Frida, no está sola en escena, sino que invoca a sus fantasmas, los fantasmas asedian, asolan, molestan  a Diego Rivera, a quien ama y admira profundamente. Invoca a María Félix, a su hermana Cristina y a Trotsky. Confronta a La Catrina, que siempre anduvo rondando su vida, convirtiéndose en dos elementos inseparables de la cultura mexicana.

Una obra que nos anima a viajar en el tiempo y a través de los recuerdos, permitiéndonos adentrarnos en la intimidad de una historia que hoy por hoy cautiva a millones. Frida hizo de la expresión artística, su manera de expresar su sentir y su pensar. Resulta casi imposible, hablar de ella sin hacer mención de sus obras que fueron paradigmáticas tanto como su discurso.

Susana Copa interpreta a Frida Kahlo

De la misma manera, resulta difícil hablar de Susana sin hacer mención de esta obra teatral a la que abraza con certeza, amor y convicción. Así como ella, muchos encuentran un álter ego en Frida, por el relato de una vida tan cruda como auténtica, con tantos dramas como  alegrías. “Soy mi propia musa, soy la persona que mejor conozco”, pensaba Frida. Cuántos podemos decir lo mismo.

Susana Copa interpreta a Frida Kahlo

Frida en escena: los inicios

Todo empezó con Susana escribiendo y leyendo. En el teatro confluyen otras expresiones. Susana comenzó a escribir, después de varios años de investigación sobre la vida de Frida. Su inquietud por esta excéntrica y sólida artista, todavía es motivo de exploración para ella, ya que “siempre hay algo que hace que la admire aún más”. Las anécdotas triviales dan cuenta de la identidad de Frida, y los motivos por los cuales Susana elige a esta mujer.

 “Los que no la conocen,  los que reconocen sólo su imagen,  los que la sintieron nombrar pero no saben quién era,  los que la vieron en la película Coco y no tienen otra información; acérquense para conocer a uno de los íconos más relevantes de este siglo. Y junto a las fanáticas y los fanáticos,  vamos a sumergirnos en la vida de una mujer y artista excepcional, admirable”, advierte.

Susana Copa interpreta a Frida Kahlo

Son múltiples las viñetas que existen entre las páginas de su enriquecedora investigación. Susana ha realizado un recuento de instantes que muestran su ángel. “Por ejemplo, en el día de su boda, la ex­­-esposa de Rivera le levanto las faldas y dijo a los presentes: por estas piernas me cambió mi marido, en tono burlón y jocoso. Sin embargo, Frida nunca tomó represalias con ella ni sus hijos, al contrario, la invitaba al cumpleaños de él”, nos cuenta.

La búsqueda constante de Susana, dio en el clavo cuando un día, una amiga, le presentó a Sebastián Olarte, Director del Teatro de la Paz.  Sebastián se mostró interesado en  el proyecto y así empezó a viajar a Tucumán. Después de un período intensivo de ensayo y varias funciones en Tucumán y Catamarca, la obra aterrizó en la Provincia, en Procultura Salta para ser precisos.  

Asimismo, a través de un convenio con la Directora de Cultura de ATE, Claudia López Guevara,   más de 150 afiliados pudieron ver la obra bajo la consigna “ATE también es cultura”. En la actualidad, la función prevista para realizarse en la sala Mitad del Pasillo, se encuentra suspendida en cumplimiento del Protocolo de Prevención del coronavirus. En principio, las mismas serán reprogramadas, en miras a recuperar el tiempo perdido.

Pero eso nos da una ventaja, antes conozcamos a Susana y conversemos con Frida a través de sus obras.

Una crisis reveladora: destapamos la olla

La cuarentena ha dejado en suspenso todo tipo de programación artística y cultural. Considerando que esto afecta directamente a la fuente de trabajo de muchísimo artistas en la Provincia, vale echar un vistazo más de cerca. “La verdad es un panorama desolador. Nos sostiene la esperanza. Considero que las autoridades provinciales y municipales, deben propiciar un Plan de Emergencia para la comunidad artística”, advierte Susana.

Como una de las tantas caras visible del sector teatral y la comunidad artística en sí misma, busca la colaboración del Estado, en reconocimiento de los trabajadores de la cultura por su aporte a la movilidad social, económica y cultural de la provincia de Salta. Resulta urgente tomar medidas para ayudar económicamente a la Comunidad Teatral, que demás está decir no está trabajando y no lo podrá hacer, hasta que pase esta crisis sanitaria.

Aun así, la crisis no es la última palabra. El meollo de la situación yace en motivos todavía más estructurales.  Susana reconoce que hay teatro en Salta y de muy buena calidad, pero, una de cal y una de arena. También  hay problemas con los espacios y sus costos. El sector independiente y autogestionado trabaja con mucha pasión pero precisa de acciones que consoliden los esfuerzos.

“Una obra de teatro Independiente no convoca a un público masivo. Abogamos por políticas culturales que garanticen el Derecho a la cultura de los salteños y que garanticen nuestro trabajo. Necesitamos del apoyo de la Secretaría de Cultura, del INT y otros organismos Municipales para solventar gastos de vestuario, escenografía, difusión, para llegar  a más salteños y salteñas, que quizás nunca fueron ni pisarán un teatro”, analiza.

“El teatro es un bien cultural, intangible, necesario, que permite a la sociedad, al ser humano mirarse como en un espejo, pensarnos en un espacio y tiempo abolido”, reflexiona Susana. En este pensamiento, tajante y certero, encontramos las virtudes de una expresión artística tan vital para la evolución de una comunidad. El teatro trasciende al entretenimiento; la ficción es un punto en común entre todos. Cuando se abre el telón, hay mucho que decir, mucho que sentir, mucho que pensar.

El detrás de escena

Susana empezó a forjarse como actriz hace alrededor de veinte años, cuando vivía en CABA.  Su primera Directora fue Liliana Cam, del Grupo Querube, con el que actuó por primera vez en el Teatro Colonial. Roxana Testa, del Grupo Belén, una gran pedagoga teatral, la dirigió en  numerosas obras, tales como: Las petunias pisoteadas de Tennessee Williams; La pasión según Antígona Pérez, de Luis Rafael Sánchez; Mujeres, de Eduardo Galeano; en la Trilogía Evita, Rigoberta Menchú y Bartolina Sisa. La malasangre, de Griselda Gambaro.

“Ella se suicidó poco antes del estreno. Ahí me alejé del teatro por un tiempo. Ante la muerte, bajo el telón. Por eso mi carrera de actriz es discontinua. Estoy reflexionando sobre este tema continuamente”, revela Susana. Me tomo la licencia de pensar que la luz siempre se asoma. Frida hizo de la vida y la muerte un motivo recurrente de sus obras, tanto como el amor y el odio. En su trabajo y en su propia voluntad, encontró el sosiego que tanto buscaba y añoraba.

Para Susana no es diferente. En esta trayectoria, tuvo la suerte de  encontrarse con gente amable que revitalizan el andar. Sebastián Olarte, Director del Teatro de la Paz, de gran trayectoria actoral y formador de actores en el NOA, es  el actual Director de Frida Kahlo: sueños y realidad, su compañero de trabajo y un guía que la apoya y estimula en su continuo indagar sobre el oficio del actor.

Con la meta firme de llevar a Frida a todos los escenarios del Noa y otras regiones,  Susana se define como una mujer muy exigente consigo misma. “En la construcción de un personaje real, investigo, miro fotos, leo historia para ubicarme en el tiempo histórico y social en el que vivía, toda información me sirve”, admite.  Por todo esto, el unipersonal nos interpela desde el primer minuto.

El detallismo, la precisión quirúrgica, la entrega absoluta, la insistencia de su talento y una pasión desmedida, dan cuenta de una obra que encuentra en el espectador un poder único. “No interpreto a Frida, soy Frida”, concluye Susana. Frida pensaba: “Cada tic-tac es un segundo de la vida que pasa, huye, y no se repite. Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es solo saberla vivir. Que cada uno lo resuelva como pueda”. La crisis nos toca, pero el momento es ahora. Quédate en casa, pero en el durante, ojalá elijamos ser Frida todos los días.

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