SALTA (Redacción) – A medida que la cuarentena avanza y las proyecciones del aislamiento social preventivo y obligatorio se alargan, la incertidumbre, las dudas y los problemas económicos son rayos que parecieran quebrar el fútbol. A una estructura que mostró mucha forteleza y que podía resistir cualquier tempestad, el coronavirus le afectó como al más vulnerable de los humanos.
En el fútbol siempre se habló de grandes y chicos, de ricos y pobres, pero el Covid-19 derribó esas estructuras y la proyección de que se practique sin público, es lo que más retumba en las tribunas. Las hinchadas, en los últimos tiempos, eran un factor que causaba problemas, pero con inconvenientes incluidos, les permitía recaudaciones que generaban el combustible para seguir funcionando financieramente.
Si recorremos Latinoamérica, Argentina y Brasil se podrían mostrar como los mayores exportadores de jugadores, si bien a nivel futbolístico otros países crecieron en forma exponencial, esos países también fueron generando deportistas que llegaron a las ligas de mayores ingresos. De todas maneras, América Latina futbolísticamente depende de los ingresos de la boletería para poder sostener la economía de sus clubes.
En Europa, Estados Unidos, Asia y México los clubes son empresas que cotizan en bolsa y en esas ligas, fueron los primeros en descontar los sueldos, ya que no podían sostener los altos salarios que deben afrontar. Los más claros ejemplos de mejores pagos son Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, a quienes no les pueden afectar esos descuentos, pero para otros esos ingresos son el sostén de sus familias.
Hoy casi todos los líderes de las Asociaciones más importantes del mundo han advertido, que por lo que pudieron hablar con sus respectivos presidentes, la cuarentena terminaría en mayo en el mejor de los casos. A esto se le debe sumar una pretemporada de 60 días, en donde se aprovecharía de reacomodar los torneos y tomar decisiones con respectos a los campeones. Se evalúa eliminar descensos como algunos países ya lo hicieron.
Salarios altos, infraestructuras costosas de mantener, importante cantidad de empleados administrativos y viajes costos. A eso sumar que muchos sponsors se verán complicados para cumplir con los contratos. ¿Cómo se podrá sostener el fútbol?, esa es la incógnita a despejar. Hoy se hablan de eliminar descensos, declarar campeones sin jugar y reorganizar las fechas, pero sin certezas, por eso tiembla el fútbol.
