Desde hace dos años comparten una de las parejas más importantes y de las cuales siempre se hace alguna mención en el mundo del espectáculo. Mica Viciconte y Fabián Cubero afrontan en estos momentos la convivencia de las 24 horas juntos mientras cumplen la correspondiente cuarentena, la cual contó con la presencia por 12 días de las hijas que el «Poroto» posee producto de su exmatrimonio con Nicole Neumann: Siena, Indiana y Allegra.
En diálogo con la portal web de El Trece, la modelo se encargó de mencionar si alguno de los dos transitó la ciudad. «Hasta el momento yo no salí todavía a la calle. Fabi salió una vez, fue a comprar y nada más. Es difícil, porque mi balcón es interno, no es que tengo un parquecito para respirar». Y sobre lo que más le cuesta en estos momentos añadió: «No sabés lo que como, es impresionante, no paro de comer. La heladera es como mi mejor amiga, o mi enemiga”.
Además, Mica se encargó de contestar si la pareja tuvo choques en lo que va del aislamiento social y obligatorio. “Por supuesto que nos peleamos, obvio. El otro día, que todavía no lo subimos, hicimos un juego que era sencillo, pero que era un chino explicarlo. Tiene que ser conciso, corto, fácil para el que lo escucha. Se armó un quilombo, me sentía en ‘Combate’, discutiendo un punto a morir. Él es igual de calentón que yo, así que terminamos haciendo una nueva regla y un nuevo juego. Yo soy la que pide perdón primero, pero como nunca me equivoco, no pido nunca”, dijo entre risas.
El momento en que Mica Viciconte se sacó de quicio
Posteriormente, la exintegrante de «Incorrectas» detalló la pelea que ocasionó que ambos no se hablen por lo que quedaba del resto de un día. «Una sola vez, que fue una boludez terrible. Mi perra siempre hace pis en el balcón, pero se le ocurrió hacer adentro. Y no hay cosa que me moleste más que la perra me haga pis adentro. Entonces, obviamente, la reté y la perra habrá pensado: ‘Me está retando mamá, me voy con papá'», inició.
De esta manera culminó Mica Viciconte su anécdota.»Fue con Fabián y él la agarró y la acarició como diciéndole: ‘Pobrecita, hizo pis, no, chiquitita’. Me volví loca y le dije: ‘Si yo a la perra la estoy retando y le estoy diciendo que no se hace eso, y vos vas y la acariciás, entonces, quieras o no, me estás desautorizando lo que yo estoy diciendo’. Así que la perra durmió afuera y todos con una cara de traste. Me transformé», concluyó de forma risueña.
