En el mundo del espectáculo, Marley y Mirko se convirtieron en dos figuras que cautivaron a todos con sus entretenidas aventuras dentro y fuera de la pantalla chica. El dúo dinámico además es uno de los más seguidos en las redes sociales y ellos lo saben muy bien, por eso, les regalan a los cibernautas, divertidos segmentos de sus vidas. En este caso, el padre adoptivo del pequeño fue quien acaparó la atención al narrar en Caras algunas vivencias que atraviesa en la cuarentena.
Como comentario inicial, el presentador se encargó de detallar un aspecto más que positivo en cuanto a su salud y que muchos empiezan a buscar ante los ya 40 días estando en sus casas por el aislamiento obligatorio. «Bajé 10 kilos en cuatro semanas. Hice una dieta cetogénica que vi en Instagram: me pareció interesante lo que decía y, asesorado por mi nutricionista, empecé a hacerla acompañada de gimnasia», contó.
Además, Marley detalló de qué se compone esta dieta. «Se basa en la ingesta de más alimentos ricos en grasas buenas y proteínas, como pescado azul, palta, aceite de coco y de oliva, y en una restricción de hidratos de carbono, como cereales, azúcar e incluso algunas frutas y verduras. Se comen sólo las hojas de algunas hortalizas, como los espárragos. También se toma mucha agua. Al no comer hidratos ni azucares uno entra en cetosis y ahí baja de peso. Igual ahora empecé a comer algo de hidratos», aseveró.
¿Un hermanito para Mirko? Marley contesta
Posteriormente, quien retornará con «Por el mundo» como su siguiente espacio dentro de Telefe, contestó si volvería a tener otro hijo mediante un vientre subrogado. «Todavía no lo decidí. Estoy todas las noches tirado en el jardín, mirando las estrellas y pensando si uno hace bien en traer más niños al universo. Todo lo que está sucediendo con esta pandemia te muestra que vivimos en un mundo raro y uno se replantea ciertas cosas», dijo.
Por último, Marley narró de qué manera le explicó la pandemia que acontece en el mundo al pequeño de dos años. “Estaba en pleno proceso de adaptación, lo llevaba y él se quedaba. Ahora me pregunta por qué no puede ir al jardín. Si bien disfruta de sus clases virtuales, por momentos se va corriendo como todo chico porque quiere jugar en presencia de sus amigos. Y yo le explico, sin generarle temor, que afuera hay un bichito malo como el mosquito que hay que esperar que se vaya y él lo entiende. Mirko odia a los mosquitos porque suelen picarlo. Entonces cuando pide ir a la plaza, él solo se contesta: ‘¡Ah, no! Porque se tiene que ir el bichito’”, concluyó.
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