Nazarena Vélez se encuentra respetando el aislamiento obligatorio al igual que millones de argentinos. Aburrida de realizar las cosas típicas de la casa, la mediática decidió lanzarse como youtuber gracias a la ayuda de su hija Barbie Vélez. Horas atrás, la exvedette publicó un nuevo video, en donde recordó su adicción a las anfentaminas y envió un gran consejo para aquellos que pasan por un proceso similar al que sufrió ella.
En primera instancia, Naza se refirió al momento en el cual decidió ser adicta de las pastillas para adelgazar. «Cuando empecé con las publicidades a los 14 años empezó mis trastornos, yo era muy influenciable, me guiaba mucho de lo que me decían, me habían dicho en los casting de publicidad que estaba un poquito gordita, siempre fui muy alta y en ese momento pesaba 50 kilos. Con ese peso de un día para el otro me decían que tenía que bajar 4 kilos», indicó.
Luego, Nazarena Vélez amplió un poco más acerca de esta primera consumición que hizo de forma reiterada. «Empecé a hacer idioteces que te arruinan la vida y el organismo como tomar laxantes y diuréticos, nunca más pude ir al baño normalmente como persona normal. También tomé anfetaminas. Yo estuve diez años y siempre fui consciente de que eran malísimas, pero me gustaba el resultado ‘mágico’ que daban», expresó.
Otros síntomas que sufrió Nazarena Vélez
Posteriormente, la madre de Barbie comentó que el síntoma que más la alertó a nivel corporal fueron los temblores y la falta de apetito, brindando un consejo al respecto.»Si te está pasando esto, es muy difícil cortarlo. Te podés morir. A mi me salvó la vida mis viejos, un día me pasé de pastillas y pensé que me agarré un infarto. Le conté a mi mamá que me había mandado una cagada y sentí que me moría, se quedaron tres meses al lado mío, no es fácil dejar las pastillas, me salvó la vida mis viejos», aseveró.
Por último, Nazarena Vélez se refirió a sus primeras etapas en los medios y su búsqueda por lucir un cuerpo perfecto. «Encima en el medio, en la televisión, me recontra mataban porque empecé a engordar. Todos los días había un móvil de televisión hablando de cómo había engordado yo, conmigo han sido muy crueles, me han contado estrías como en forma de humillación. Fue muy difícil mi recuperación, me importaba mucho el que dirán, simplemente me di cuenta que me estaba por morir», selló.