El Cantando 2020 comenzó con fuerza su segunda ronda después de que Juan Pérsico y Melina Lezcano fueran eliminados en la primera parte del certamen. 20 parejas de famosos y soñadores se anima a hacerle frente al jurado. Muchos se mueren por formar parte del show conducido por Ángel de Brito y Laurita Fernández. Sin embargo, hubo otros que rechazaron la oferta de formar parte del programa. Ese es el caso de Iliana Calabró, quien supo ser campeona del certamen en 2006.
En diálogo con el ciclo radial Por si las moscas, de La Once Diez, la actriz contó las razones por las cuáles rechazó la oferta de ser parte del concurso de canto. «Me invitaron a participar este año pero yo participaba para la tribuna (virtual) y si no hay tribuna se me va el motor…», reveló. Sin embargo, la hija de Juan Carlos Calabró se encargó de dejar en claro que ese no fue el único motivo de su negativa.
A mí me hubiera gustado tomar el rol del jurado», remarcó Iliana Calabró, haciendo hincapié en que esta vez no tenía ganas de cantar. «Lo hubiera hecho con un personaje, porque sería incapaz de destruir a un compañero desde Iliana”, sentenció. En su etapa como participante, se ganó el cariño de la gente y del jurado al mostrar su progreso en el canto junto a su soñador Ricardo Rubio. Esto llegó a tal punto que se consagró campeona del certamen.
El Cantando 2020 y los números que no cierran
Desde la noche del debut, que se dio aquel 27 de julio, los números del rating no se corresponden con la inversión puesta en el programa. Edición tras edición, el certamen de canto perdió contra Jesús, la ficción reciclada que Telefe tiene en su prime time. En añadidura, sólo en algunas noches pudo vencer en el amperímetro a Educando a Nina. De esta manera, el canal de las pelotas lidera la programación sólo con latas.
Por otro lado, la conducción de Ángel de Brito y Laurita Fernández estuvo en la mira. Ante la sorpresa de no ver a Marcelo Tinelli frente al espectáculo, la audiencia del programa aún no ha terminado de encariñarse con la pareja conductora. La energía de la bailarina sobrepasa por momentos a la del periodista de espectáculos y deja en evidencia la poca química que hay entre ellos.
