(Por PatriciaManrique) – Desde hace más de una semana, Salta se encuentra en etapa de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Esta decisión la comunicó el gobernador Gustavo Sáenz mediante un video, seguido por una conferencia de prensa con los miembros del COE. El retorno a la Fase 1, constaba de importantes restricciones para todos los sectores. Sin embargo, a la gente pareció no importarle lo dictaminado por el mandatario provincial.
La autoridad del gobernador fue cuestionada en primer lugar por los comerciantes, quienes desde un principio señalaron que no acatarían estas medidas. Amenazaron con abrir sus puertas a pesar de la Fase 1 estipulada y así sucedió. Durante esta semana se pudo ver una gran cantidad de negocios abiertos, los cuales trabajaron sin recibir ninguna infracción por parte de las autoridades que dijeron que no sancionarian por el momento. Dejando ver la debilidad del ejecutivo ante el no acatamiento. Incluso algunos locales comerciales atendieron con puertas cerradas, temiendo alguna represalia.
Durante esta semana, en las calles de la provincia se registraron grandes cantidades de personas transitando como si no hubiese restricciones. Además, muy pocos salteños tramitaron los permisos correspondientes para circular, pero de igual forma se manejaban libremente. En este marco, decidieron implementar los retenes, aunque a los pocos días los sacaron y se dejó de controlar, a pesar del constante flujo vehicular. Resulta que cuando te detenían los policías solo confirmaban que muestres un permiso digital, sin chequear DNI ni mucho menos. Controles muy flexibles que no sirvieron para meterle miedo a la gente.
Lo mismo ocurrió con los bancos, quienes supuestamente aplicarían sistemas de atención para evitar posibles aglomeraciones. En un primer momento decidieron suspender la atención presencial, pero al habilitarla por la presión de la sociedad que necesitaba percibir sus haberes, volvieron las largas filas en las entidades bancarias. También se registraron largas filas en instituciones extrabancarias, las cuales podrían haber sido multadas o deshabilitadas por esto, pero eso tampoco ocurrió y continúan atendiendo de forma normal.
¿14 o 21 días?
Cuando anunciaron el retorno a la Fase 1, el ministro de Gobierno, Ricardo Villada, informó que la medidas sería durante 21 días. Esto iba en contra de lo que dijo Gustavo Sáez, quien detalló que habían decidido disminuir su duración y que esta etapa solo tendría vigencia durante dos semanas. Supuestamente, esta decisión se la tomó para no aumentar la crisis de los sectores afectados, quienes presionaron al COE para que disminuyan el tiempo del ASPO.
Lo contradictorio es que Nación, a través de un decreto, señaló que la provincia de Salta tenía que cumplir con las 3 semanas de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Sean 14 o 21 días, lo cierto es que nadie acató dicha medida, por lo que no se sabe si el Gobierno nacional aprobó que esto sea por el tiempo estipulado por la provincia, o decidieron mermar la cantidad de días por la falta de cumplimiento. ¿Los salteños le hacen caso a Sáenz?
