SALTA (Redacción) – La última semana en el Concejo Deliberante de Orán se vivieron situación sin precedentes. Primero se vio la sesión especial para tratar la destitución de dos de sus integrantes, Lucas Tévez y Héctor Barraza. Ambos están imputados por el delito de abuso sexual simple. Sin embargo, uno se salvó y el otro quedó desplazado por sus pares. El edil que se quedó en su cargo ahora tiene COVID-19 y todo el cuerpo legislativo quedó en aislamiento.
Sobre la primera sesión debemos recordar que de manera sorpresiva los concejales de Orán sólo expulsaron a Barraza, acusado de abusar de una menor de edad. Mientras tanto, Tévez continuará en su puesto a pesar de la denuncia pública y penal que realizó la periodista y ex secretaria de prensa del Concejo Deliberante, Yanela Gutiérrez. En este caso, los dirigentes no lograron juntar los dos tercios de los votos necesarios para sacar al titular del cuerpo.
Un caso positivo y todos aislados
Luego, el día martes volvieron a encontrarse todos los ediles en una sesión ordinaria. Pero días más tarde, Lucas Tévez se contactó con cada uno de sus compañeros para informarles que había dado positivo de COVID-19. Lo confirmó luego de un testeo que le había ordenado el infectólogo del Hospital San Vicente de Paul y asesor de salud de ese cuerpo, el doctor Marcelo Quipildor.
De esta manera, el sábado pasado difundieron un comunicado las autoridades del Concejo oranense para informar que por recomendaciones de Quipildor y la jefa del programa de Epidemiología de aquella ciudad, Gabriela Méndez, se suspendían las actividades por un período de 14 días. Además, todo el personal debía aislarse por el mismo período para evitar propagar la enfermedad respiratoria.
En tanto, el concejal Gonzalo Díaz manifestó su indignación ante la resolución. Primero consideró que podrían realizar un testeo masivo a todos los trabajadores y ediles del cuerpo. Esta medida sería con el objetivo de descartar posibles contagios y volver a sus labores “sin perder más días de trabajo”. Además, recordó que el año pasado habían logrado aprobar la ordenanza que les permitía realizar sesiones remotas.
“Si no podemos hacer reuniones remotas vamos a perder dos semanas de trabajo”, lamentó el dirigente Díaz. Del mismo modo criticó: “No se puede estar cortando todo así, porque si a la vuelta me contagio yo ¿van a volver a cerrar todo?”. La concejal Verónica Hilario agregó que ya pidieron de manera formal que se cumpla con el reglamento interno y se dispongan sesiones virtuales.
