SALTA (Redacción) – El senador provincial Guillermo Durand Cornejo culmina su mandato en pocas semanas y tras el intento fallido de ser diputado nacional se queda sin cargo legislativo tras casi 20 años. Durante la sesión de este jueves en Legislatura realizó un curioso discurso de despedida donde mostró su afecto hacia sus pares del recinto. «Son mi familia», describió el dirigente y recibió el aplauso de los senadores.
«Las instituciones adonde uno ha trabajado no son ni buenas ni malas, son lo de acuerdo a cómo se las moldea y cómo la atienden los ciudadanos que le dan vida», comenzó su discurso Guillermo Durand Cornejo. «Debo decir que aún no salgo de mi asombro», confesó sobre las sensaciones que tenía por su despedida. Cabe recordar que encabezó la lista de «Unidos por Salta», creada por el gobernador Gustavo Sáenz, para intentar volver al Congreso Nacional tras su paso entre 2013 y 2017.
«También me ha tocado despedirme de otras instituciones pero jamás he podido comprobar y llegar a querer tanto a las personas como ha ocurrido en el Senado de la Provincia», expresó. Un dato a recordar es que ocupa cargos desde 2003, cuando asumió como diputado provincial por el Partido Conservador Popular. Volviendo a su discurso de esta jornada, aseguró que su afectó también involucra a los trabajadores.
«Son mi familia»
«Me estoy refiriendo a todos, hablo de los senadores, de las autoridades de la Cámara, el cuerpo de taquígrafas, personal de maestranza, de seguridad. No se a qué se deba», agregó el exconcejal de la Capital entre 1993 y 1995. «Todo hace a la diferencia a esto que siento en este momento en que uno se tiene que despedir. Vuelvo a repetir, el Senado de Salta me ha marcado profundamente», insistió Durand Cornejo.
En ese momento comenzó a nombrar a algunos de los legisladores presentes y les dedicó algunas palabras. También se puso a contar anécdotas y recordó el ingreso a la Legislatura del senador por Guachipas, José Ibarra, quien también culmina su mandato este 2021. «A todos los quiero abrazar, a los que se van y a los que se quedan. Los siento como mi familia, sino no los hubiera invitado tantas veces a mi casa», cerró con emoción pero sin mostrar lágrimas.
